domingo, 21 de abril de 2013

POEMAS DE MONICA MERA


PAÍS

Tengo triste
la palabra
País.
Tengo ojeras en el alma
desvelo de verdes geografías
desoladas.


Tengo triste
la palabra
País.
Por las manos,
por los muertos,
por el pan y por la leche.
Te recorro preguntando
y este duelo
que me duele y que me llora
que escasea la esperanza
y que golpea la rabia
del desarraigo de mis hermanos.


Tengo triste
la palabra
País.
Solo mis manos te ofrezco
y este poema descalzo.


LA CAMILLA

Tanta gente sobre este cuerpo que guarda milenios de tristeza.
La anestesia de voces que retumban en la razón y el desconcierto.Cuántas veces cortaron y cosieron
esta piel, cuántas veces supuraron y sangraron las heridas en pequeños silencios que rodaron rapidito
entre las ruedas de la camilla, ese miedo diario a la muerte, o a la vida caminando pasillos azulejados de
blanco. Tanto rezo y palabra sanadora, calmantes de colores, gasas, cintas sobre los sueños, esperanzas
con barbijos. Cuántas muertes inyectadas por uno mismo en nombradas oscuridades. Cuántos cuerpos viven en éste, cuántas manos nos tironean al abismo de la vida y el resplandor del sol que entra inevitablemente por la rendija de tus ojos.

Y uno repasa el mitch, el parto y la cesaría, el calvario, las 14 estaciones, las 7 vidas del gato, la audiencia
del divorcio, la muerte del padre y de la madre, la pena de amor, el accidente de auto, la muñeca rota, los
caramelos que escondieron sus hermanos, el tirón del pelo, el chirlo, los puntos en la frente, el pelotazo,
el llanto por tomar la mamadera y se ríe, se ríe, loco a carcajadas.


MI CARTERA


Es un mundo mi cartera, amanecen en ella amores escritos en papelitos amarillos,
pedazos de mi historia en el bolsillo interno se acomodan junto a las monedas.

Mi cartera junta fotos, aritos, broches, y esas piedras blancas que levanto de los jardines por cábala.
En su interior reposan seguros libros de poesía, papeles de los bancos, y los sueños,
el lápiz de labio rojo furioso con la tapa rota por las dudas te aparezcas, un mapa del camino al que nunca llego, dos lapiceras que no escriben, las tarjetas por si acaso, el carozo de aceituna que me regalaron este año nuevo para la abundancia, y mis dedos que siempre buscan algo que no está.

Mi cartera es descabellada, inconclusa carga el sol del mediodía y los esmaltes flúo.  Definitivamente no entiendo a mi cartera, se agarra fuerte de mi hombro y no me suelta.

MONICA MERA
ARGENTINA




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