domingo, 7 de diciembre de 2014

EL INVITADO: BRUNO NANTI. POETA.


Bruno Nanti, Argentina 1987.
Estudio Licenciatura en Publicidad en la Universidad de Palermo.
Vive en México.

Poeta de  los medios virtuales.


http://www.comasuspensivos.com.mx/author/bruno/

                                                   POEMAS DE BRUNO NANTI

El día llegará y me cansaré
de que el tipo del espejo
no me mire a los ojos.

Con la decisión afilada en la mano
y los ojos espumantes
me perseguiré por los laberintos de lo que fui,
impulsado incansable por la furia ciega del rencor fresco
recién parido.
No tendré donde esconderme de mi.
¡Ay cuando dé conmigo!
Ni bien me alcance y por detrás
con la agilidad del nagual me haré trastabillar;
me veré caer, lloriquear y arrastrarme
con el más sádico placer.
Entonces, cuando me tenga en el suelo
rendido, abandonado
precipitaré un puño inefable en la sien,
me oiré rogarme piedad,
ungidos de sangre los dientes y la mirada
y me haré el sordo.
Vengaré con un nudillo cada minuto
perdido en ser lo que no soy,
en defender lo que me dijeron que era.

Entonces sonreiré,
apoyaré el acero
contra mi nuca desnuda
y de una sola estocada brutal
divorciaré las vertebras
con un CRAC definitivo.

Cuando me enfríe, cuando me pudra,
cuando la sangre se seque
dentro y fuera de la piel
me calmaré.

Y cuando esté pero bien muerto
y olvidado,
ahí sí
naceré.

Nuda mai

Botón a botón,
hebilla tras hebilla,
noche sobre noche
la observé despojarse de toda prenda,
una a una,
cual margarita mecánica.

Y cada mañana, antes del alba,
escudriñe en el suelo el cenicero de sus telas caídas
ansiando,
entre faldas fugaces y lencería lunar,
encontrarme sus miedos,
saber que al fin se los había podido
o querido
quitar.

Hicimos y deshicimos el amor
dos millones de veces,
pero jamás la vi desnuda.


Fui tu fruta niña
aunque creas no recordarlo.

Solté el abrazo fresco de mi rama
sabiendo que en la cima del viento
me interceptaría tu mano.

Y fui tu fruta.
Fue mi jugo el que rodó por tu barbilla,
fue mi pulpa la que encandiló tu lengua,
fueron mis dulzores de otoño
los que alborotaron tu sangre
y fue mi semilla la que acampó con mariposas
en tu barriga albina.

Fui tu fruta lo que duró la luna.

Luego soltaste en el recodo mi cáscara,
pero yo ya te montaba por dentro.

Creíste deponerme en un rincón deshabitado.
Quisiste abandonarte de mi,
abortar de tu boca mi azúcar,
fusilar mi nombre con silencios de plomo,
pero fue mi cuna tu guano de olvido aviar.

Me acostumbraste a resucitar en tu roña.
Ahora es tarde;
ya no sé morir.

Y en esa esquina muda
donde callaste mi epitafio
acabé germinando.

Aún te oigo caminar, niña,
liviana de mis colores,
y sé que mañana volverás por este barrio,
tan como si nada.
Apoyarás tu espalda a la vera de mi tronco inmortal
y cerrarás los ojos en el refugio de sol
que sin rencor te lloverán mis hojas,
porque te juré mi luz y mi sombra,
y no me olvido, aunque quieras.

Soñaste que me matabas,
como aún soñarás no recordarme.
Te pido perdón, mi niña voraz,
no es terquedad, es ignorancia.

Desde tu vientre,
ya no sé morir.

Bruno Nanti

martes, 2 de diciembre de 2014

EL INVITADO: FABIAN PAZ. POETA.


Fabian Paz, Cali, Colombia.
Estudiante de artes plásticas en el Instituto Popular de Cultura de Cali, y de Bellas Artes en la Academia de artes Fábula en Bogotá.

Integrante de los Colectivos Literarios Los Inadaptados y La Sociedad Perdida.
Participa en la Revista Virtual dedicada al Nadaismo,  Cementerio Exquisito

Ha participado en varios encuentros literarios.


http://lecturasurgentesdepoesiavalledelcauca.blogspot.com/2013/10/x-lecturas-urgentes-de-poesia-
valle-del.html

http://neonadaismo2011.blogspot.com/2014/10/poemas-de-fabian-paz.html

                                                POEMAS DE FABIAN PAZ
                                                         Cadavre Exquis

Introducción

La poesía, mi primer alejamiento de la civilización;
quédense con su religión tecnológica y sus bombas atómicas
y su alimento transgénico y sus miedos y sus silencios y sus conformismos
y sus trabajos benditos y su educación de martillo y su moral mojigata
y sus trajes de moda y con su dinero santo, quédense con todo y con nada!

Transversal

Dicen por estos días
que Cali está peligrosa,
cada día se asesina un silencio;
culpan a los poetas del vecindario
que beben el infinito con su sed.

En la metropolitana soledad
de mis zapatos salgo a buscarte
y me pierdo en el calvario de tu sombra,
a los 70 duendes de tu sexo
subo por la colina,
por la calle del muerto
voy en busca de tu regreso,
por la calle del crak
voy por un poco de tus tormentos,
por un poco del licor adulterado de tus besos.

Tus recuerdos son ruinas
habitadas por mis indigentes pasiones,
transeúntes miran entre sus bolsillos
la fortuna de la nada
mientras los parques cruelmente
juegan con los niños y tu ausencia,
llega la mañana... regreso al vecindario.

Vitriolo

Para ti estas palabras desnudas y silenciosas
como un diálogo íntimo y nocturno,
oculta entre las piedras y el fuego
me recuerdas esta soledad
en el mundo, alegre y vibrante,
la memoria del horror y la esperanza,
el sabor de la  piel y su tristeza.

Honda nostalgia como un cadáver fresco
que desgarra del alma llantos,
sueña, sueña, sueña...
ahora que puedes morir.

Fabian Paz
Cali

EL INVITADO: MAURICIO RODRIGUEZ. POETA


Mauricio Rodriguez, Cali, 1983.
Estudió Filosofía y Humanidades en la Universidad de la Salle.
La mayoría de sus poemas son de corte social.
Poemas suyos figuran en la antología El rayo que no cesa de la editorial Cuervo de papel y en los medios virtuales.


                                             
                                            POEMAS DE MAURICIO RODRIGUEZ

El hueco y yo

Entender la nada a veces es entenderlo todo!
querer ser algo es como ser nada!

Acá está el hueco
acá estoy yo!

Estoy en la nada
y esta nada me amarra
me introduce una sonda en el alma
y la inyecta con altas dosis de melancolía y tristezas,
solo e incomprendido
encuentro motivos
para entender el vacío.

Fantasías con un fantasma

Estábamos en la sala de nuestras alcobas
el silencio rondaba nuestras caras.

Seriamos humanos que por naturaleza interactuarían.

Un beso, una caricia
un olor fresco,
sagrado...
jazmín que sale de tus labios.

Un aroma lánguido y prófugo, invade el alma, alegra la vida
se esparce por los rincones del cuarto.

Besos, caricias, alegrías.

Te siento mía, a pesar de no encontrar tu rostro
perderme en tu esfinge y soñar al mismo tiempo con tu alegría.
Te imagino, te agarro, te vuelvo mía...

Solitario me acompaño en los sueños de la fantasía.

En una sala tú y yo
como partículas atómicas
se atrae la energía.

Solos en el silencio de la casa
sueño con penetrarte; en tocar tus senos firmes y rosados
besar tus mejillas y tus cuatro labios.

No sé quien eres; pero eres lo que esperaba y no te tengo.

Eres como la alegre espera de la nada
sin ilusiones ni desdichas.

Mauricio Rodriguez
Bogotá