miércoles, 29 de enero de 2014

MARTÍNEZ GONZÁLEZ


                                          GUILERMO MARTÍNEZ GONZÁLEZ
                                                               COLOMBIA
                                                                      1952

El agua que lleva en sus bolsillos

Vendrá entonando la Rapsodia de Saulo
y te hablará de un río
del cuerpo blanco
de las mariposas en la sombra
del agua que lleva en sus bolsillos
del lenguaje chino
de la luna y el pasto.
Espéralo muchacha
vendrá en el mes de mayo
en el mes de los días de lluvia
y del movimiento de los  árboles
bajo la luz de las estrellas.
Espéralo
no dudes
Él maneja la trayectoria del sol
y tiene tu signo
y todo será tan simple
como el alma de los pájaros.



Escoba

Escoba
amiga nuestra
te amamos
porque eres humilde
y buena.
Escoba
pequeña amiga
algún día
estarás con nosotros
los bebedores de ayunos
limpiando los días
las nubes
y las estrellas
y los sueños
de los hombres.
Mientras tanto
enséñanos
huerfanita
de los árboles
a cantar en el polvo
a espantar las moscas
y a no morir
entre los desperdicios
del mundo.

Saludo al mundo con mi séquito de fantasmas

A veces despierto en la noche
sobresaltado por el galope secreto del viento
por la conversación transparente
de mujeres desnudas,
por el fragor de antiguas batallas
y el humor dulce de recientes muertos.
Y entonces invadido de inmensos
surtidores de mariposas
poseído de la canción incesante
del mar que me persigue desde la infancia
saludo al alba con extrañas metáforas
doy mis buenos días al mundo
con mi séquito de fantasmas.

Caín

Mudo contemplaba la hoguera
cuando pensó en matar a Abel.
Ciego anda el crimen
desde la tarde en que levantó su garrote de odio,
su hueso negro.

Guillermo Martínez González
Colombia

DURÁN


                                                        RENATA DURÁN
                                                          COLOMBIA
                                                               1950

Aquí en mi cuerpo...

Aquí en mi cuerpo
acabó de pasar el mediodía
y por mi piel respira un agua
atardecida.
Los labios están secos,
guardo en la lengua
los aromas.
Si acaso pusieras
tu mano
entre mis muslos,
sabrías que estás vivo.
Saborearías mi sal.
Haríamos un pozo
en el tiempo,
y dejaríamos que el sol
nos madurara.



Óyeme así, como al descuido

Óyeme así, como al descuido.
No te des mucha cuenta.
Quiero contarte que te quiero,
sin decírtelo nunca.
Quiero besarte suavemente,
como te besa el agua
de la lluvia.
Así, muy quedamente,
sin que escuches siquiera
su gemido.
Quiero que me ames
a pesar de ti mismo.
Que me ames lentamente
y enciendas todo el fuego
que arde en mí para ti,
definitivo.

Renata Durán
Colombia.

LOZANO


                                                      ORIETTA LOZANO
                                                          COLOMBIA
                                                                1956

A este triste animal que me soporta...

A este triste animal que me soporta
le duele el vuelo de mi espíritu,
la sagacidad de mi garganta
que huye de la soga,
la escueta salud de mis microbios,
el juego lúgubre de mi carne.
La recolecta está hecha,
la oreja de Van Gogh, para un poema
de agua y de dolor,
un rayo de sol para mi ombligo.
Todos me dieron la palabra
plena de sutiles formas,
todos me dieron el ayuno pleno de sus bocas,
ahora, mis brazos fatigados
recogen las flores funerarias
esparcidas en mi alcoba.

Esta noche

Como duelen los vientos esta noche
cuando lejos los tambores de la guerra
se acarician tristemente y pedazos de cielo
se desprenden podridos, fatigados.
Esta noche en la habitación con aroma de durazno
los amantes susurran como soldados heridos
y recuerdan su primer beso como una suave bala.
En los vejados divanes, los abuelos de risa lánguida
sólo esperan la fría caricia de la muerte
y se entretienen, tejiendo, sus horas de recuerdos.
La noche avanza como un gran dios
que hechiza en el miedo
más allá de los bosques y las sombrías trampas,
más allá del del salvaje amor de la hembra humillada.
En esta noche de mirada de lobo
cómo duele el silencio que reposa como muchacha febril
detrás de los cristales de las casas.



Intimidad

La noche vuelve secreta
a tantear mi cuerpo,
me penetra lenta y suave
me abro
como una flor nocturna.

Pensamiento II

                                                                            A Alejandra Pizarnik

Vengo del silencio,
mis ojos se secaron como el agua de hace siglos.
Me lancé al vértigo de lo extraño y accesible
al final fantástico, al comienzo.
Senté a la muerte en mi silla paralela,
nos miramos y supimos que estábamos perdidas
supimos de la cita misteriosa,
todo lugar era el exacto, cualquier hora la precisa.
Los hombres la miraban como a una doncella condenada,
la contemplaban indecisos, la injuriaban,
y ella la de tantas muertes,
se protegía el rostro con mis manos.
Ella siempre supo de mi sueño,
que la buscaba a lo largo de un pasillo,
en lo oscuro de una cueva,
en la geometría de las casas;
y con el miedo de una niña pálida
que acude a su primera cita, a su primera muerte
se aposentó en mi regazo suavemente
buscando para su juego el final fantástico,
el comienzo.

Orietta Lozano
Colombia

martes, 28 de enero de 2014

EL INVITADO: JORGE LEROUX. POETA


Jorge Leroux nace en México en el año 1984.
Es Escritor y Licenciado en Letras Hispánicas.
Su trabajo literario abarca poesía, ensayo, cuento, guío cinematográfico, crítica literaria.

Ha colaborado en diversas revistas literarias tanto en México como en otros países del continente.
Revistas  como Artesomos, Blasfemia, Grietas, Verso destierro.

Algunos poemas suyos han sido traducidos al italiano, alemán, portugués, francés y zapoteco.
Actualmente hace su maestría en literatura hispanoamericana en la Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina).

Publicaciones:

Se antoja mar. Colegio de bachilleres, 2003
Los encuentros de Pérez. Sediento, 2011
Demasiado mí. Canapé, 2012



http://animalmente.wix.com/jorgeleroux#!

http://misspubis73.blogspot.com/2011/09/la-animalidad-poetica-de-jorge-leroux.html

http://edicionescanape.wix.com/edicionescanape#!jorge-leroux/cey2


                                        POEMAS DE JORGE LEROUX

Como un león

Como un león contra las paredes
derrotado
lamo mis heridas,
es decir


las formas de tu ausencia.

Opciones

Siempre me quedará el hígado
o el riñón
o cualquier otro animal para quererte.

La poesía

La poesía es sólo un eufemismo
para decir que tú
y para callar que yo.

Gastritis

Mi estómago y su cantidad de pájaros muertos,
y sus paredes horadadas
y el olor de tu nombre quemado.

La cebolla

                                                                              Para ti, cebolla

Esta mujer suena,
con sus dedos en cada poro, sopla y suena; toca un violín
cuando se plancha el cabello y sueña, suena
sus maracas negras
con cristales rotos de la realidad y pedazos duros del amor, ella canta
para decir "no", "si", "tal vez"
como una baqueta dice "tac", "tac", "tac" y es increíble
su zapato como un güiro contra el suelo.
Quiero decir que esta mujer toca un jazz cuando respira, y a veces cuando vive,
o se rompe el gris y resultan pájaros.

Jorge Leroux
México 




lunes, 27 de enero de 2014

FOPPA


                                                             ALAÍDE FOPPA 
                                                                    ESPAÑA
                                                                   1914-1980

Un día

Este cielo nublado
de tempestad oculta
y lluvia presentida
me pesa;
este aire denso y quieto,
que ni siquiera mueve
la hoja leve
del jazmín florecido,
me ahoga;
esta espera
de algo que no llega
me cansa.
Quisiera estar lejos,
donde nadie
me conociera:
nueva
como la yerba fresca,
ligera,
sin el peso
de los días muertos
y libre
ir por caminos ignorados
hacia un cielo abierto.



Oscuro canto

Oscuro canto
que brota
de la honda esperanza
rota,
y del retorno
al círculo cerrado.
Peso escondido
como hijo sin nacer
en el vientre profundo,
apretado nudo
en el lugar del corazón.

Ay, tampoco suena
ni sube
el nocturno canto
hacia el cielo lejano.
Es una voz sorda
que se ahoga en la garganta,
es un grito callado.
Y si sube,
no es un vuelo
en la noche muda,
es sólo una nube de humo
que se pierde en la sombra.

Ella se siente a veces...

Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las  miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.

El corazón

Dicen que es del tamaño
de mi puño cerrado.
Pequeño, entonces,
pero basta
para poner en marcha
todo esto.
Es un obrero
que trabaja bien,
aunque anhele el descanso,
y es un prisionero
que espera vagamente
escaparse.

De Elogio de mi cuerpo

Alaíde Foppa
España



PACHECO


                                           JOSÉ EMILIO PACHECO BERNY
                                                             MÉXICO 
                                                            1939-2014

Éxodo

En lo alto del día
eres aquel que vuelve
a borrar de la arena la oquedad de su paso;
el miserable héroe que escapó del combate
y apoyado en su escudo mira arder la derrota;
el náufrago sin nombre que se aferra a otro cuerpo
para que el mar no arroje su cadáver a solas;
el perpetuo exiliado que en el desierto mira
crecer hondas ciudades que en el sol retroceden;
el que clavó sus armas en la piel de un dios muerto
el que escucha en el alba cantar un gallo y otro
porque las profecías se están cumpliendo: atónito
y sin embargo cierto de haber negado otro;
el que abre la mano
y recibe la noche.

Gota de lluvia

Una gota de lluvia temblaba en la enredadera.
Toda la noche estaba en esa humedad sombría
que de repente
iluminó la luna.


Indeseable

No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.

Mar eterno

Digamos que no tiene comienzo el mar
Empieza donde lo hallas por vez primera
y te sale al encuentro por todas partes.

Piedra

Lo que dice la piedra
sólo la noche puede descifrarlo

Nos mira con su cuerpo todo de ojos
Con su inmovilidad nos desafía
Sabe implacablemente ser permanencia

Ellas es el mundo que otros desgarramos.

José Emilio Pacheco
México

domingo, 26 de enero de 2014

FONZ


                                                        MARCO FONZ de TANYA
                                                                      MÉXICO
                                                                     1965-2014


XXI

El polvo despierta de su letargo
es carne
la carne toma conciencia
es hombre
Él sabe que un día morirá
es tumba
la tumba por tiempo termina olvidada
y se hace invisible como el polvo.
Entre el cielo y la carne siempre está ese dios ignorado.

Canción

El mal no está en la tierra, ni en el pueblo,
ni en su gente.
Yo soy quien se equivoca.
La enfermedad es dentro de mí y no vive en nadie más.
Yo soy el que se convierte en estatua de sal.

Sueñen tranquilos,
los malos no duramos mucho en el
cementerio.

De El ojo lleno de dientes
1998


El punto más oscuro

                                                                                        No escatimes la felicidad
                                                                           a los que en esta jornada terrena
                                                                               se han consagrado a la noche
                                                                                                                         Novalis

Somos el punto más oscuro de donde nace la noche.
Esa capa vieja de vagamundo,
esa boca de dios ahorcado.

Somos la terrible tempestad vuelta carne.

De nuestros cuerpos nacen los ciclones
y los cíclopes enanos que sostienen las camas.

Tú escogiste ser el punto más oscuro de mi cuerpo,
el punto innombrable.

Regocíjate, la felicidad también existe
fuera de la luz.

Somos entonces la palabra no dicha,
la más oscura de todas las palabras.

El grito

La boca se abre tanto
que es un cuarto vacío,
con un solo deber.

Al gritar se va todo menos la vida,
ella se queda como una maldición,
como enano buscando altura con su grito.

Mi grito es un puente
de aquí hasta donde quieras.

Tu grito es un tornado
bailando en mi uña.

Se abre tanto este corazón
que es el único grito rojo que tengo.

Marco fonz
México

http://circulodepoesia.com/nueva/2014/01/poemas-de-marco-fonz/

http://www.chiapasparalelo.com/trazos/2014/01/marco-fonz-el-poeta-ha-muerto/

http://farodesnudo.blogspot.com/2013/04/mariana-chica-9anos.html

                                   "Que al final estoy tan solo como un verso"

                                                                                                  Marco Fonz


sábado, 25 de enero de 2014

EL INVITADO: MANUEL RAMOS MARTÍNEZ. POETA


Manuel Ramos Martínez, es escritor, poeta y pintor chileno.
Fue víctima de la dictadura.
Presidente del ALA (Autores Latinoamericanos en Austria). Actualmente reside en la ciudad de Viena, a donde llegó exiliado hace más de 30 años.

Su obra ha sido  publicada en Alemán y Español.

Publicaciones:
En la piel del aire
Seres

Trabaja en un proyecto con el gobierno chileno para la realización de una antología de Poesía  Chilena Contemporánea, espera proyectar este trabajo tanto en Europa como en América.


http://www.culturalatina.at/es/cronica/item/284-libro-seres-203-poemas-de-manuel-ramos-martinez-que-le-retumban-el-alma-a-cualquiera

                                  POEMAS DE MANUEL RAMOS MARTÍNEZ

Si, pero

Si un día acudiese
hasta donde las palabras
acarician
y se derraman
luciérnagas
iluminándolo todo,
entraría cabalgando
cual Quijote
a tu alma
poeta enamorado
de la vida y de la muerte

Y si algún día fuese
donde mueren las palabras
donde se oscurecen como
noches
sin luna y sin estrellas,
estoy seguro
que entraría tristemente
dolorido
a tu alma
fabricante de armas
mercader de muerte
y grises artificios

Pero si un día fuera
donde viven tiernas,
dulces
y cándidas las palabras
entraría cabizbajo,
mudo de vergüenza
a tu alma
niño descalzo
torso desnudo
acuosos ojos
y manitas traviesas.

Todo

Todo se transforma.
Todo

la noche con su áurea
en mieles y trigales

tu mirada
en susurro germinal

el beso de agua
en río caudaloso

tu carne
en alma

en polvo
en árbol
en vino

Todo se transforma.
Todo.

A la orilla de la muerte

Acostado miro trémulo
hacia la orilla de la muerte,
escucho violines desgajando tiempo,
apurando distancias a la vida.


Pintaré tu cuerpo

Los misterios
que duermen más allá
del tacto de tus ojos

el suspiro de tus huesos
que reúnen
la luz con el sonido.

Los seres humanos

Los seres humanos
somos libros que
caminan por las calles
libros abiertos o cerrados
con páginas ocultas o reveladas
libros olvidados
o releídos,
libros con muchas páginas en blanco.


Seres
que quieren encontrarse
con sus sueños y
contemplar su alma
en el abismo
de un espejo
justo allí
donde comienzan
sus dos caras.

Manuel Ramos Martínez
Chile



ROJAS HERAZO


                                               HÉCTOR ROJAS HERAZO
                                                          COLOMBIA 
                                                            1921-2002

El barro escoge un hombre

El barro escoge un hombre, lo señala y madura,
le da su resplandor y su fuerza callada
y un poco de ceniza le derrama en la sangre.
Después el hombre busca, se deshace, recuerda,
des ovilla sus horas,
pone a trasluz su sangre
y una tarde comprende que ha triunfado el olvido.
Es el tiempo, se dice,
pasó por mi cabeza
llovió en mí
tembló sobre mi pecho
y otro labio encendió para henchir mi tristeza.
Entonces busca, mira, regresa por su frente,
pregunta en el invierno por su roto verano.
Y sólo el aire, el sueño, las cosas vagas, una amarga dulzura,
lo hieren sin herirlo, lo deshacen cantando.




El deseo

El deseo es vegetal
pide caminos
aire
quiere temblar en fruto
suspenderse
pide un cuerpo abonable
pide un labio
pide comer y ser comido
quiere
entrabarse y gemir con ramas duras.
Gime por ser
quiere temblar
sentirse
palparse desde adentro
saberse entre las cosas respirando.
Quiere el viento y el ala
quiere el día
quiere el follaje de su fuerza obscura
brillando entre la luz hoja por hoja.
Es vegetal por eso:
por su destino de tiniebla y cielo
porque rompe y emerge
porque sube
porque la muerte sufre con su anhelo.

Súplica de amor

Por mi voz endurecida como una vieja herida;
Por la luz que revela y destruye mi rostro;
Por el oleaje de una soledad más antigua que Dios;
Por mi atrás y adelante;
Por un ramo de abuelos que reunidos me pesan;
Por el difunto que duerme en mi costado izquierdo
y por el perro que le lame los pómulos;
Por el aullido de mi madre
cuando mojé sus muslos como un vómito oscuro;
Por mis  ojos culpables de todo lo que existe;
Por la gozosa tortura de mi saliva
cuando palpo la tierra digerida en mi sangre;
Por saber que me pudro.
Ámame.

Héctor Rojas Herazo
Colombia



CHARRY LARA


                                                 FERNANDO CHARRY LARA
                                                             COLOMBIA
                                                              1920-2004

Jardín nocturno

La mancha del cielo azul, sombras de árboles,
sombras de nubes,
y alrededor muros, ruinas, piedras que en el silencio
son fríos, si la mano, si el pensamiento las roza.
De noche, retraído y apasionado,
contemplar desde allí lo lejano.
Olvidado de sí, hambriento del mundo,
vagar entre luces, ciudades, veranos.
Mas luego como cuando uno, sin saberlo,
extiende por mares su corazón
y regresa al solo sitio en que sueña:
ha pasado
el tiempo, y sin embargo
está el fulgor lunar sobre la vida.
Así ilumina,
así entristece viril
al hombre la soledad de su delirio.

De Los adioses
1963


Llegar en silencio

Despierto en la noche lleno de palabras,
como envuelta entre las llamas de la música
se levanta una casa en la distancia.
Un perfume hay, un valle de silencio,
un lento roce o beso se aproximan, callando,
si llega el delirio, el fulgor solitario del insomnio.

Quiero entonces una silenciosa figura humana,
quiero un rostro hasta mí llegar, quedarse lento,
quiero unas manos, un pecho, unos devoradores labios,
todo lo que un nocturno cuerpo nos entrega.

Hasta mi habitación podría llegar
con un paso de ola o lenta nave,
prolongado el deseo,
espina de las noches.

Extendería entre los terciopelos húmedos de los besos
sus cálidos brazos,
hasta no ser sino un cuerpo
abandonado calladamente sobre otro.

Hasta morir así, hasta juntar los labios,
los pasos,
que con los pasos míos
recorren, como también el viento de la noche,
desiertos corredores donde se oye llorar
el escondido amor entre las sombras.

Olvido

                                                         Los días que uno tras otro son la vida
                                                                                              Aurelio Arturo

La trémula sombra ya te cubre.
Sólo existe el olvido,
desnudo,
frío corazón deshabitado.
Y ya nada son en ti las horas
las taciturnas horas que son tu vida.
Ni siquiera como ceniza oculta que trajeran
los transparentes silencios de un recuerdo.
Nada. Ni el crepúsculo te envuelve,
ni la tarde te llena de viajes,
ni la noche conmueve
tu obstinada nostalgia del amor,
cuando una tácita doncella surge de la sombra.
Oh corazón, cielo deshabitado de los sueños.

Fernando Charry Lara
Colombia

jueves, 23 de enero de 2014

ARTURO


                                              AURELIO ARTURO MARTINEZ
                                                          AURELIO ARTURO
                                                               COLOMBIA
                                                                 1906-1974

Arrullo

La noche está muy atareada
en mecer una por una,
tantas hojas.
Y las hojas no se duermen
todas.

Si le ayudan las estrellas,
cómo tiembla y tintinea la infinita
comba eterna.

¿Pero quién dormirá a tantas,
tantas,
si ya va subiendo el día
por el río?

(¿Dónde canta este país
de las hojas
y este arrullo de la noche
honda?)

Por el lado del río
vienen los días
de bozo dorado,
vienen las  noches
de fino labio.

(¿Dónde el bello país de los ríos
que abre caminos
al viento claro
y al canto?)

La noche está muy atareada
en mecer una por una,
tantas hojas.
Y las hojas no se duermen
todas.

Si le ayudan las estrellas...
Pero hay unas más ocultas,
pero hay unas hojas, unas
que entrarán nunca en la noche,
nunca.

(¿Dónde catan este país
de las hojas,
y este arrullo de la noche
honda?)



Canción del niño que soñaba

Ésta es la canción del niño que soñaba
caminando por el salón penumbroso
de brisa lenta que estremecía sus pequeñas alas,
y oía, afuera, entre los árboles las arpas de la noche,
y voces ¿por qué tantas voces en el silencio?

Y cuando ya en el lecho su estrella descendía
y se quedaba temblando en un rincón como un sollozo,
el niño salía por la ventana como un pajarillo
pero su cuerpo muerto se estremecía en el sueño.

Y subía a las montañas y a la nieve lunar de las montañas.
Veía landas sin luna, desiertos acuáticos
y por fin hacia el final de las sombras,
una ciudad desierta, iluminada
y como en un relato de magnificencia y catástrofes,
por las calles un solemne cortejo: un asno
paso a paso y sobre su lomo entrañas humanas,
entrañas: gruesos rubíes y topacios.

Y termina la canción porque el gallo canta
y el sueño despierta el pequeño cadáver,
y llega el alba sobre sus yeguas blancas.

Canción del viento

Toda la noche
sentí que el viento hablaba
sin palabras

Oscuras canciones del viento
que remueven noches y días que yacen
bajo la nieve de muchas lunas,
oh lunas desoladas,
lunas de espejos vacíos, inmensos,
 lunas de hierbas y aguas estancadas,
lunas de aire tan puras y delgadas,
que una sola palabra
las destrozó en bandadas de palomas muertas.

La canción del viento desgarra
orlas de soles y bosques,
y allí, en ellas, hermosas muchachas ríen en el agua,
y traen en sus brazos
ramas y cortezas de días de oro
y hojas de luz naciente.

Días antiguos,
de sol y alas,
y de viento en las ramas,
cada hoja una sílaba,
la sombra de una palabra,
palabras secretas
de fragancia y penumbra.

Pero  las noches entonces  son más dulces,
y mi amiga esconde las estrellas más puras
en su ternura,
y las cubre con su aliento
y con la sombra de sus cabellos,
contra su mejilla.
El viento evoca sin memoria.
Canción oscura, entrecortada.
Flor de ruina y ceniza,
de vibraciones metálicas,
durante toda la noche que envejece
de soledad y espera.

El viento ronda la casa, hablando
sin palabras,
ciego, a tientas,
y en la memoria, en el desvelo,
rostros suaves que se inclinan
y pies rosados sobre el césped de otros días,
y otro día y otra noche,
en la canción del viento que habla
sin palabras.

Yerba

Acaricio la yerba
dócil al tacto
suave y humilde
como el sayal
como el suelo
que lame
que perfuma
la planta que la pisa.

La yerba
se desliza
serpea
como diez mil diminutas serpientes
hechicera
hechizada
susurra
se adormece
y nos sume en sueño traspasado
mientras que en amplias líneas altas
huye el cielo
como un gran viento azul
distante.
Pero la yerba
celosa
desconfiada
pide la mano acariciante
el calor humano
que la apacigüe
la quiebre
tenaz
cotidiana
incansable
suavidad insidiosa de la paciencia invencible
no perdona
el desdén
el abandono
que no se escuche su tenue voz que reclama
el cuidado amoroso
el pulso
el movimiento
la humana presencia.

Si abandonada
no oída
su astucia
levanta
sus mil cabezas diminutas
y persigue la planta humana que la deja
borra su huella
tapa los senderos
y ocupa las ciudades
traspasa la montaña
y silba su aguja de crótalo
en las casas sin puerta
en las grandes salas sin ecos
donde resplandecieron
las hermosas mujeres
entre altos espejos
donde sonaron músicas y canciones
y bellos trajes y joyas que fueron
a las fiestas
llenaron los días de luces
las noches
de caricias y rosas.

No cae la yerba
no
como las gotas de fuego
que llovieron sobre las ciudades de la planicie:
se arrastra
se desliza
y se quiebran las columnatas
porque ha llegado el reino oscuro y áspero
y el hombre está lejos
o yace sobre la yerba.

Yerba: dulce lecho y cabecera
dócil serpiente melódica
bajo la mano
bajo la caricia
que la aplaca
pero que no perdona el descuido
que ama ser hechizada
como una serpiente
que quisiera danzar y ser aire
femenina
sutil
grata a la mano
muerde el talón que se aleja
y silba su imperio desolado
hasta el límite del horizonte
y cubre huellas
ciudades
años.


Aurelio Arturo
Colombia

miércoles, 22 de enero de 2014

EL INVITADO: LUIS ÁNGEL MARÍN IBAÑEZ. POETA


Luis ángel Marín Ibañez nace en la ciudad de Zaragoza, España en el año 1952.
Es Licenciado en Filosofía y Letras y poeta por vocación.

Publicaciones:

Romances del alma
Concierto de las horas pensativas
Los atabales del silencio
El imperio del Haiku
Epifanía de las altas pertenencias y sonetos del hechizo incandescente

Premios:

Ganador del premio de poesía Platero de la Organización de Naciones Unidas 2006, al libro en español con el poemario Fragmentos de un mar que no es azul.
Premio Association Internationale La Porte des Poétes de Paris.
Premio Camino Literario 2008 de la Editorial Novelarte en Argentina.
Premio del Instituto Cultural Latinoamericano de Buenos Aires.
Premio Centro de Escritores Nacionales de Argentina 2009.


http://www.integracionismo25.com/

                                      POEMAS DE LUIS ÁNGEL MARÍN IBAÑEZ

Teoría del Absoluto

Desnuda e instalada entre las sierpes
               el Alma esculpe su Absoluto

En las penumbras emergen
                            códices cristalizados
                                         y los bosques tocan sus rabeles

            El silencio se siente agitado
     por la última voluntad de los dioses

Las tumbas son un tic-tac
                             por donde florecen
                                              los salmos y las cruces

El océano ha abierto los portales
para que bailen los signos del zodiaco

De Donde la luz termina

Constelaciones

Los signos del abstracto
brotan como constelaciones
                           de silencio

                           De un silencio abisal
                                     donde crepita
                           el hechizo de los días

En estos suspiros de infinito
la frente abre sus compuertas
                           a las luces del delirio

A las estatuas prisioneras
                      al inmenso canto del vacío

De Concierto de las horas pensativas

Instante

            Atardecer.
Delirio del color en Lontananza.
En el cielo vuela
                             un pájaro olvidado
entre sones festivos
                             de guitarra.
Hay olor a primavera,
              a sonoro silencio
              a horas posadas.
El sol acaba de cerrar los ojos.
Comienza el canto de la montaña.

De Concierto de las horas pensativas


Vestigio

Allí
donde terminan los labios
                              comienzan los poemas

Allí
en el epicentro del seísmo
                                              que hace del murmullo
                                              el abrazo de las Edades
                                              y rasga las ataduras del Ser.

De Los altares de Eros

Luis Ángel Marín Ibañez
España







VILARIÑO


                                                        IDEA VILARIÑO
                                                            URUGUAY
                                                             1920-2009

Amor

Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde el olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.



Decir no...

Decir no
decir no
atarme al mástil
pero
deseando que el viento lo voltee
que la sirena suba y con los dientes
corte las cuerdas y me arrastre al fondo
diciendo no no no
pero siguiéndola.

El mar no es más que un pozo de agua oscura

El mar no es más que un pozo de agua oscura,
los astros sólo son barro que brilla,
el amor, sueño, glándulas, locura,
la noche no es azul, es amarilla.

Los astros sólo son barro que brilla,
el mar no es más que un pozo de agua amarga,
la noche no es azul, es amarilla,
la noche no es profunda, es fría y larga.

El mar no es más que un pozo de agua amarga,
a pesar de los versos de los hombres,
el mar no es más que un pozo de agua oscura.

La noche no es profunda, es fría y larga;
a pesar de los versos de los hombres,
el amor, sueño, glándulas, locura.

Un huésped 

No sos mío
no estás
en mi vida
a mi lado
no comés en mi mesa
ni reís, ni cantás
ni vivís para mí.

Somos ajenos
tú y yo misma
y mi casa.

Sos un extraño
un huésped
que no busca no quiere
más que una cama
a veces.

Qué puedo hacer
cedértela
pero yo vivo sola.

Idea Vilariño
Uruguay



martes, 21 de enero de 2014

UMBRAL


                                    FRANCISCO ALEJANDRO PÉREZ MARTINEZ
                                                        FRANCISCO UMBRAL
                                                                    ESPAÑA 
                                                                   1932-2007

La tristeza

La tristeza ha venido como un buque vacío,
la tristeza ha encallado en mi pecho de piedra.
Me trae en sus bodegas toda una vida vieja,
quintales de nostalgia
y el whisky que he bebido.
La tristeza ha venido con faros apagados.
No sé de dónde viene ni por qué me visita
yo mismo soy un puerto donde para la noche
el mar, como noviembre, va ya de retirada.
Somos un puerto unánime,
puerto de tierra adentro
donde llegan los meses
como veleros lánguidos.
La tristeza ha venido
y me golpea despacio
como el agua golpea
en los acantilados.
Soy un acantilado
de muertos sucesivos
y estoy aquí parado,
bajo una lluvia fina,
junto al silencio frío
del buque de la pena.
¿Cuánto dura noviembre, cuánto dura una vida,
cuánto durará un hombre que tiene ya en el pecho
ese peso dormido de los buques sin gente,
de los mares sin luna, de los mortuorios días?

Noviembre 22/2000




La soledad

Hablo de soledad
porque estoy solo.
Soledad es un pez que nada el tiempo,
la soledad es una puerta abierta
que da a puertas abiertas
y vacías.
No es ausencia de gente el estar solo.
Es ausencia de mí entre la gente.
El que no está soy yo,
y ellos no saben,
soledad es morirse a cualquier hora
junto al museo de los medicamentos.

Soledad es un agua que no hay,
un sol que se ha dormido en los cristales,
silla que no hace juego,
un hueco en la memoria,
soledad es un hombre solitario
que se acerca a mirar las papeleras.
Hoy me he visto a mí mismo,
fastuoso de soledad, como un mendigo,
mirando una lejana papelera
y sacando un periódico del fondo,
que es el mismo que se lleva en el bolsillo,
porque lo sacó ayer, y así por siempre.

Abril 23/2001

El sexo, aquella dulce cosa que gemía en la infancia, aquel interior de flor que cantaba apenas, aquel secreto vegetal y pequeño, que fue alcanzando frondosidades de placer, urgencias de dolor, que llegó a proliferar, alumbrar, quemar como un verano o una primavera clandestinos. Aquello. El sexo, la cosa, aquella cosa, la planta tímida que gemía de amor contra las tipografías austeras del catecismo, contra la severidad de las familias y la legión de los pecados. Aquello.

Francisco Umbral
España


lunes, 20 de enero de 2014

LISPECTOR


                                                  CLARICE LISPECTOR
                                                            BRASIL 
                                                          1920-1977

Pensamiento

Ya escondí un amor por miedo de perderlo. Ya perdí un amor por esconderlo. Ya me aseguré en las manos de alguien por miedo. Ya he sentido tanto miedo, hasta el punto de no sentir mis manos. Ya expulsé a personas que amaba de mi vida, ya me arrepentí por eso. Ya pasé noches llorando hasta quedarme dormida. Ya me fui a dormir tan feliz, hasta el punto de no poder cerrar los ojos. Ya creí en amores perfectos, ya descubrí que ellos no existen. Ya amé a personas que me decepcionaron, ya decepcioné a personas que me amaron.

Ya pasé horas frente al espejo tratando de descubrir quien soy. Ya tuve tanta certeza de mí, hasta el punto de querer desaparecer. Ya mentí y me arrepentí después. Ya dije la verdad y también me arrepentí. Ya fingí no dar importancia a las  personas que amaba, para más tarde llorar en silencio en un rincón. Ya sonreí llorando lágrimas de tristeza, ya lloré de tanto reír. Ya creí en personas que no valían la pena, ya dejé de creer en las que realmente valían. Ya tuve ataques de risa cuando no debía. Ya rompí platos, vasos, y jarrones, de rabia. Ya extrañé mucho a alguien, pero nunca se lo dije.

Ya grité cuando debía callar, ya callé cuando debía gritar. Muchas veces dejé de decir lo que pienso para agradar a unos, otras veces hablé lo que no pensaba para molestar a otros. Ya fingí ser lo que no soy para agradar a unos, ya fingí ser lo que no soy para desagradar a otros. Ya conté chistes y más chistes sin gracia, sólo para ver a un amigo feliz. Ya inventé historias con finales felices para dar esperanza a quien la necesitaba. Ya soñé de más, hasta el punto de confundir la realidad. Ya tuve miedo de lo oscuro, hoy en lo oscuro me encuentro, me agacho, me quedo ahí.

Ya me caí muchas veces pensando que  no me levantaría, ya me levanté muchas veces pensando que no me caería más. Ya llamé a quien no quería sólo para no llamar a quien realmente quería. Ya corrí detrás de un carro, por llevarse lejos a quien amaba. Ya he llamado a mi madre en el medio de la noche, huyendo de una pesadilla. Pero ella no apareció y fue una pesadilla peor todavía. Ya llamé a personas cercanas de "amigos" y descubrí que no lo eran... a algunas personas nunca necesité llamarlas de ninguna manera y siempre fueron y serán especiales para mí...

No me den fórmulas ciertas, porque no espero acertar siempre. No me muestren lo que esperan de mí porque voy a seguir mi corazón! No me hagan ser lo que no soy, no me inviten a ser igual, porque sinceramente soy diferente! No sé amar por la mitad, no sé vivir de mentira, no sé volar con los pies en la tierra. Soy siempre yo misma, pero con seguridad no seré la misma para siempre!

Me gustan los venenos más lentos, las bebidas más amargas, las drogas más potentes, las ideas más insanas, los pensamientos más complejos, los sentimientos más fuertes. Tengo un apetito voraz y los delirios más locos. Pueden hasta empujarme de un risco y yo voy a decir: "Qué más da? Me encanta volar!"



Agua viva (novela)
Fragmentos

Estoy llena de acacias que se balancean, amarillas
*
cuento los instantes que gotean y son de sangre densa
*
las hojas aplastadas me recuerdan el suelo de la infancia.
*
*
Me siento mareada como quien va a nacer.
*
El erotismo propio de lo que está vivo está disperso en el aire.
*
Brillo nítida. No tengo hambre ni sed; soy.
*
No haber nacido animal es mi secreta nostalgia.
*
*
¿No ves que esto es como el nacimiento de un hijo? Duele. El dolor es la vida exacerbada. El proceso duele.
*
¿Dios es una forma de ser?
*
*
Soy poco a poco. Mi historia es vivir. Y no tengo miedo del fracaso.
Aunque el fracaso me aniquile quiero la gloria de caer.
*
Morir debe ser una muda explosión interna. El cuerpo ya no soporta ser cuerpo.
¿Y si morir tuviese el sabor de la comida cuando se tiene mucha hambre?

Clarice Lispector
Brasil

sábado, 18 de enero de 2014

ARANGO


                                               GONZALO ARANGO ARIAS 
                                                          COLOMBIA
                                                            1931-1976

La salvaje esperanza

Eramos dioses y nos volvieron esclavos.
Eramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata.
Eramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras.
Eramos felices y nos civilizaron.
Quién refrescará la memoria de la tribu.
Quién revivirá nuestros dioses.
Que la salvaje esperanza sea siempre tuya,
querida alma inamansable.

Poema tristísimo

Si muero
te invito al sol
alma mía
y no olvides
llevar tu cuerpo

Sufriremos felices
y juntos seremos
carne de luz
en la memoria de Dios

Y si no hay Dios
lo mismo da

Recordaremos el sol
que tanto nos gustaba
allá en Cali Colombia
Nuevo Mundo ¿Recuerdas?

¿O era en la luna?
¡Lo olvidé!



Belleza de puta

No dejes putear de maxfactor tu belleza
en el beauty parlor de la moda.
No dejes sofisticar tu encanto natural
y tu frescura de poma
con pomadas de telenovela.
No dejes que marchiten tu aroma de rosa
y hembra hechicera.
Tu belleza es pura
pero tu belleza de salón
es belleza de puta de novela rosa.

Poema a mi sobrenada

El sobretodo es mi mejor amigo
bebemos vino de consagrar en los viñedos
y nos emborrachamos,
compartimos el amor con las mujeres.
mi sobretodo es sensual y seductor
en la cárcel era un colchón
en los prostíbulos era un refugio
con las manos hundidas en los bolsillos
que me salvaba del naufragio de los besos baratos.
en el invierno me defendía de la lluvia
y en el verano era una sombra luminosa.
mi sobretodo era una incitación voluptuosa a la pereza,
al calor, al heroísmo, al amor, al invierno.
en los momentos de peligro me hacía pasar por detective
y me daba un aire respetable de gran señor del hampa.
mi cuerpo se pierde en él cuando me persiguen.
en mi buena época del parlamento él hablaba por mí:
silencioso
tímido
elocuente.
ha sido una bella disculpa
para eludir serias responsabilidades históricas.
mi sobretodo es a veces el lecho del amor
en los sitios despoblados de la ciudad
tiene un oculto sabor de pecado prohibido.
mi sobretodo es un gran honor.
tiene más historia que una alfombra mágica.
yo lo consagro como el receptáculo privilegiado
donde algunas mujeres tendieron su columna vertebral
completamente desnudas
de cara al sol o a la noche.
mi sobretodo es testigo de la ternura y el terror.
fue acariciado por manos sofocadas de mujer
y desgarrado por puñales de odio.
mi sobretodo tiene quemaduras de tabaco
y huellas de disparos asesinos
y marcas sospechosas de labios rojos.
yo lo empeño por 8 pesos en los momentos de apuro,
mi sobretodo está saturado de sudor animal
tiene residuos de manchas de sangre y aceite...
sonidos vegetales.
cuando no llueve y hace calor me lo quito
me hundo en la noche oscura y mojada
o me hundo en el día lleno de sol, seco.
mi sobretodo es humano y feo
y todos los domingos guarde en sus bolsillos
la angustia de la semana.

Gonzalo Arango
Colombia







jueves, 16 de enero de 2014

LE GUIN


                                                     URSULA K. LE GUIN
                                                       ESTADOS UNIDOS
                                                                 1929

Hier steh´ich

Estoy aquí,
los pies firmemente plantados en nada
y espantando a los mosquitos.
Sobre la canción del Sinsonte declaro
que estoy aquí.
Dónde es aquí
sólo Dios lo sabe
sin embargo
sigo estando aquí.

Invocación

Devuélveme mi lengua,
déjame hablar la lengua que me enseñaste.
Diré las grandes mentiras en tu honor,
alabándote sin nombrarte,
obedeciendo las leyes de la oscuridad y la métrica.
¡Sólo déjame hablar mi lengua
en tu alabanza,
silencio de los valles,
ribera norte de los ríos,
tercera cara esquiva,
vacío!
Déjame hablar la lengua materna
y cantaré tan fuerte que
las recién casadas y las viejas
bailarán al ritmo de mi canto
y las ovejas cesarán de pastar
y las máquinas se reunirán para oír
en ciudades silentes
como un anillo de piedras erguidas:
¡Oh, déjame tumbar las paredes cantando, Madre!



Para Ted

El halcón da forma al viento
y a la curva del viento

Como huevos yacen las grandes colinas de oro
en la curva del mundo
para aquel ojo mordaz

Los niños esperan

El halcón proclama altura
con su picada feroz

Los niños gritan

Viene el cazador arrogante
y trae la matanza
y curva los vientos
con alas fuertes

Para el viejo halcón
toda la tierra es presa, y niño

1973

Ursula K. Le guin
Estados Unidos

domingo, 12 de enero de 2014

HIERRO


                                                              JOSE HIERRO
                                                                   ESPAÑA
                                                                  1922-2002

Alegría

Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía.

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.

De "alegría" 1947

Alegría interior

En mí la siento aunque se esconde.
Moja mis oscuros caminos interiores.
Quién sabe cuántos mágicos rumores
sobre el sombrío corazón deshoja.

A veces alza en mí su luna roja
o me reclina sobre extrañas flores.
Dicen que ha muerto, que de sus verdores
el árbol de mi vida se despoja.

Sé que no ha muerto, porque vivo.
Tomo, en el oculto reino en que se esconde,
la espiga de su mano verdadera.

Dirán que he muerto, y yo no muero.
¿Cómo podría ser así, decidme,
dónde podría ella reinar si yo muriera?

De "alegría" 1947



Llegada al mar

Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Y he vuelto. Quiebro con mis piernas
tu serena cristalería.
Es como ahondar en los principios,
como embriagarse con la vida,
como sentir crecer muy hondo
un árbol de hojas amarillas
y enloquecer con el sabor
de sus frutas más encendidas.
Como sentirse con las manos en flor,
palpando la alegría.
Como escuchar el grave acorde de la resaca
y de la brisa.

Cuando salí de ti, a mi mismo
me prometí que volvería.
Era en otoño,
y en otoño llego, otra vez a tus orillas.

Y ahora que yo pensaba en ti,
constantemente
que creía...

Las montañas que te rodean
tienen hogueras encendidas.

Y ahora que yo quería hablarte
saturarme de tu alegría...

Eres un pájaro de niebla
que picotea mis mejillas

Y ahora que yo quería darte
toda mi sangre, que quería...

Qué bello, mar, morir en ti
cuando no pueda con mi vida.

De "Tierra sin nosotros" 1947

José Hierro
España




CHIRINOS


                                                           EDUARDO CHIRINOS
                                                                         PERÚ
                                                                         1960

El milenio está a punto de acabarse

Pero las estaciones todavía se cumplen, la tierra continúa girando y los peces abren y cierran sus bocas como hace siglos. En algún lugar de la India los tigres machos luchan entre sí por el amor de las tigres hembras y en un bosque cercano los conejos devoran las mismas plantas y raíces que alimentan la tierra.
Debería hablar de la contaminación y del petróleo, debería hablar de plagas innombrables, del hambre que devasta poblaciones, de niños mutilados por nubes radiactivas. Pero estoy aquí, escribiendo este poema, midiendo sus palabras, eligiéndolas con amor y con cuidado, con cólera y con resentimiento. Entonces me miro en el espejo y sólo veo tinieblas, un vacío culpable en la página en blanco.

Escribo esto porque me siento solo. Porque las palabras me han abandonado. Porque ella no estará más.


Biografía de una noche cualquiera

Atravesar un pasadizo a oscuras,
palpar la tibia humedad de sus paredes,
su babosa suavidad de recto laberinto.
Hacia el fondo una luz
gritas pero nadie escucha tu grito.
Tiemblas, pero nadie siente tu temblor.
Tienes miedo.
Tú que nunca lo tuviste, ahora tienes miedo.
Has tropezado a ciegas con obstáculos,
has encendido inútiles antorchas,
has maldecido, orado y vuelto a maldecir.
Tus dedos se aferran al hilo conductor.
Ese hilo es una larga vena en la que corre tu sangre;
estás atado al punto de partida,
pero algo más fuerte te impide volver.

(¡Aridna!, tú que ideaste este ardid, dime ahora cómo salgo
de este laberinto,
dime cómo he de palpar estas paredes sin rasgarme las manos,
cómo es que hay un afuera que me atrae como al suicida el vacío.
Ariadna, tú que alimentaste amargamente mis deseos,
tú que me creaste para concebir contigo,
dime qué horrenda verdad se oculta bajo esta ciega luz.
Qué palabras moverán las columnas de este palacio derruido,
que voz arrullará mi sueño cuando retorne al sueño.
No dejes, Ariadna, que se corte el hilo que me ata a tu vientre,
no permitas que el negro dolor se apodere de tu cuerpo y me destruya)

Ya es de noche.
El viento mueve con furia la copa de los árboles,
escuchas sonidos inútiles
y un breve jadeo indica que todo está bien,
no tienes de que preocuparte.

Eduardo Chirinos
Perú


sábado, 11 de enero de 2014

DORÉ


                                               PAUL GUSTAVE DORÉ
                                                        FRANCIA
                                                        1832-1883


Escena de La Inquisición

El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha

Cristo en la cruz

Ilustración para La Divina Comedia

La Creación de la Luz

Andrómeda

Ilustración para El Cuervo

VELÁZQUEZ


                                DIEGO RODRIGUEZ de SILVA y VELÁZQUEZ
                                                       DIEGO VELÁZQUEZ
                                                                  ESPAÑA
                                                                 1599-1660



                                                                Las meninas
                                                                     1656


                                                                El bufón Calabacillas
                                                                          1637

                                                              Vieja friendo huevos
                                                                        1618


                                                            Las hilanderas
                                                                    1658


                                                           Venus del espejo
                                                                   1650

lunes, 6 de enero de 2014

EL INVITADO: FLAVIO CRESCENZI. POETA


Flavio Crescenzi nace en Córdoba, Argentina en el año 1973.

Es docente, poeta y ensayista. Ha dictado cursos y seminarios de literatura, coordinado talleres de escritura creativa y cursos de apreciación literaria.

Participó en las Jornadas de Poesía para Docentes organizada por la Asociación de Poetas Argentinos en el año 2006.
En el año 2009 hizo parte de las mesas redondas acerca de la Literatura de Vanguardia en Latino América, encuentro que tuvo lugar en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, México.

Publicaciones:
Por todo sol, la sed. Ediciones El Tranvía. 2000
La gratitud de la amenaza. Ediciones El Tranvía. 2001
Íngrimo e insular. Ediciones El Tranvía. 2005
La ciudad con Laura. Sediento editores. 2012.


                                           POEMAS DE FLAVIO CRESCENZI

Arte poética 

                                                            Escribir, pintar, hacer arte es sorprender 
                                                           la cosa en su momento metafórico. 
                                                                                                   Francisco Umbral 

Este puño de oleos y tijeras
esta tinta de hambrunas transformada
el gozo estrellándose en el lienzo como una gran prudencia
se agitan frente al aire y aire azul son en su idioma
porque la lengua es ya palabra que mancha sus raíces

de ser cierto el ojo y su arrebato
el mundo sería un mantel de furias o dinteles
piedra inacabada que habremos de esculpir en los follajes
con una ausencia de aves provisoria
hasta que nos llueva un puente de azúcar o silencio

en en lo blanco en donde el papel se abriga
se asoma mercenario del alba con sus frases
como un dilema de astucias entrando en su coherencia
y una música de ámbar o cuchillos
a punto de confesarnos en ciernes su bravura

mirar la tarde de la letra en su apogeo
tardes de niños pecosos y en polainas
dándome ya un bullicio pueril de arroyo intacto
miel que se me antoja un suave aroma
para que el color adquiera su forma verbal definitiva.

Balada para lo que sí vuelve

Todo en vos suena a futuro. Lo dicen mis brazos que se extienden, lo dice el viento en su sentencia, lo claman las campanas de un templo que se hunde. No sé tu voz ni tus recelos, no sé si hay huesos en los guantes, pero ya me han brotado mares de los ojos y un pez enorme se ha comido mi orgullo en dos mordiscos. Hay un revés de sombras en mi boca, ya se las escucha volver a sus corrales, tienen miedo de nosotros cuando tejemos brumas polvorientas, miel de estambre, pájaros que explotan de funestos perdiendo su gordura. Sobran las palabras, falta un cuerpo; sobran los cuerpos, falta un grito. Me he puesto pestañas de aluminio para que el sol no me enceguezca, me he puesto tu recuerdo de risas como líneas, toda eras de vidrio si tu palabra me marcaba, toda de una dulzura añeja y conocida. Sobran las palabras, falta un cuerpo; sobran los cuerpos, falta un grito. Tu rostro es un palacio del que debo rescatarte, las nubes se enciman como heraldos y cambiarán este buen clima. Ya piafan los caballos su coz de siete trinos y no hay relincho que quepa en un anzuelo. Sos la hermosura que viene a hacer justicia en un desierto de morsas que se expande, sos la hermosura y ya no importa. Sobran las palabras, falta un cuerpo; sobran los cuerpos, falta un grito. Me encadenaré a tu alma bulliciosa como un preso a la piedra que lo guía, me haré tu sombra compañera por los próximos eclipses, por los próximos fulgores y te haré saber de dónde hemos venido y hacia dónde vamos para amarnos. Que nos teman los cuervos pendencieros, que nos tema la estéril vanidad de los narcisos, que nos teman, vida mía, que nos teman. Sobran las palabras, falta un cuerpo; sobran los cuerpos, falta un grito. Un huracán guarda su semilla dentro tuyo, yo recogeré toda cosecha.

Retorno

Entre temblores, entre dulces espesuras
urgida de vaivenes y mareos
de hilos que atan lo inefable
volviendo al filo de tu voz que se proyecta
hilo a filo de seda o alfil triste
fijando un punto de mármol en el cielo
moviendo el tiempo de tus besos a mi carne
Así volviste

Mirando el negrísimo mar que ya se enarca
con un desdén de luna forajida
con un relieve de arena en cada mano
jinete o montura de tu cuello
público templo que en soledad se arriesga
a la faena de ser alma en voz que trina
a recuperar sus propias odiseas
Así volviste

Siendo rumor de lo que fuiste entre mis brazos
sabor de almíbar en mi lengua
página erguida que busca su palabra
y es más palabra azul que tanta búsqueda
con ojos entregados al asombro
con esos ojos que hablan cuando besan
pan para mi hambre remotísima
Así volviste

Y volviste sin nunca haberte ido
con eso de fragancias o de postales que tienen los regresos
con tímidos anhelos de gloria en los bolsillos
un sol en cada dedo y un milagro
cuerpo que pasa silbando mi nombre más secreto
tren que hace escala en todas mis certezas
y en cada una suben más con su gran carga
llena de mi para llenarme.
Así volviste.

Flavio Crescenzi 
Córdoba, Argentina