jueves, 29 de enero de 2015

EL INVITADO: MICHAEL BENITEZ ORTIZ. POETA

Michael Benitez Ortiz, Bogotá, 1991.

Estudiante de Ciencias Sociales en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en la ciudad de Bogotá. Joven poeta y narrador colombiano.
Apasionado por la música heavymetal.
A través de sus escritos puede apreciarse el cosmos nadaísta.

Publicó el libro de poemas Papeles para leer en el retrete (Ediciones con tinta ebria, Bogotá, 2014).
Ganó el Concurso Internacional de Narrativa Palabra sin Frontera (celebrado en Argentina) con un libro de cuentos titulado Bogotrash.



                     Foto tomada del álbum Noche Nadaísta en Bogotá. (Sociedad perdida)
                     Michael Benitez Ortiz y Jota Mario Arbeláez 

                                        POEMAS DE MICHAEL BENITEZ ORTIZ

Indigencia

Dicen
que se la pasa leyendo papeles que recupera de la basura
de los manicomios
y escribiendo con tinta transparente,
que se emborracha de noche
-No por la noche-
y que le gusta bien fría.

También dicen
Que trabaja en un sueño O mejor En una pesadilla
Y que dios, en persona, lo coronó con aureola de ateo.

Eso dicen
De mi amigo
Que escogió
Como costal
La poesía.

Arte poética

Entre
Palabra y palabra
Habita
El silencio
Que escribe
El poema.


Distancia-miento

Te amo así:

                                                           lejos
Sepultada en el olvido.

Porque la poesía
Siempre le quedó grande
A tu corazón tan estrecho

Y créeme
No existe
Otro remedio
Para la muerte.

Michael Benitez Ortiz
Colombia 

domingo, 25 de enero de 2015

ROMERO


                                                      ARMANDO ROMERO
                                                            COLOMBIA 
                                                                 1944

Del aire a la mano

                                                                   Cada vez que lo lanza
                                                                   cae, justo,en el centro del mundo 
                                                                                               Octavio Paz

Se envolvía lentamente de manera que la cuerda
no quedara una sobre otra en cada vuelta.

En la mano el trompo
quedaba contra la curvatura
de los cuatro dedos largos
mientras el pulgar lo sostenía por fuera.
Un extremo de la cuerda anudado al dedo central.

Se miraba.
Los nervios tensos.
Y se lanzaba al aire
en tal forma que cuando iba llegando al suelo
un leve tirón a la cuerda lo hacía retroceder
de nuevo a la mano.

Todos los miraban y había orgullo del bueno
                  en su porte.
con él, en la mano girando.

Nunca lo logré. Tire una y otra vez
pero en vano.

¿Podré escribir este poema?

Hay una solución para cada respuesta.
Es cierto.
Pero nunca pude tirarlo del aire a la mano.
Y es todo.



Alquimia del fuego inútil 

En el horno de piedra
donde el fuego brota
hay silencio.

Las figuras que surgen
tienen el nombre universal
del fuego y de la piedra.

Cambian sus palabras como gritos de colores.

Aman y desaparecen
a primera vista.
Crean y destruyen
al aleteo de los ojos.

Nunca se encuentra dos veces la misma forma.

En el fuego,
en el silencio,
en la piedra,
hay algo que llamea
que no es el fuego
hay algo que canta
que no es el silencio,
hay algo que se endurece
que no es la piedra.

                                                                
                                                                 Mi infancia

Yo también al desaparecer mi infancia estuve presente. Con un grueso hato de oraciones y un látigo sibiloso se cortó esa calle por donde arrastraba las piedras o buscaba escarabajos. No dijo de azules begonias ni de las otras matas en el patio, se fue como trepando por esa escalera que llevaba al abovedado. Se arrepintió de una mirada furtiva a los senos de la niña vecina y aplastó el cigarrillo contra uno de los postes del alumbrado. Mi infancia ya no estaba allí cuando vino el radiopatrulla a buscarla.

Armando Romero
Colombia.

ARIZA


                                                           PATRICIA ARIZA
                                                               COLOMBIA 
                                                                     1948

La vida

El chaleco antibalas no sirve
la pistola nueve milímetros no sirve
el colt caballito 48 no sirve
la miniuzi es chatarra vieja
lo único que sirve es la vida, hermano.

Costura

La libertad es una mujer
que no ha podido liberarse
porque debe coser y planchar sus banderas.


Limpieza

Por si se te ocurre lavarme
no me vayas a quitar el barro
del que estoy hecha.

Patricia Ariza
Colombia

sábado, 24 de enero de 2015

ARANGO


                                                 JOSÉ MANUEL ARANGO
                                                            COLOMBIA 
                                                            1937-2002

Escritura

La noche, como un animal
dejó su vaho en mi ventana

por entre las agujas del frío
miro los árboles

y en el empañado cristal
con el índice, escribo
esta efímera palabra.

Cantiga de amigo

Y tras la incertidumbre de un instante
frente al desconocido
que luego por virtud del gesto recordado
vuelve a ser el amigo que después de la lluvia
llama a la puerta

lo ayudamos a desnudarse
colgamos sus ropas a secar junto al fuego

y oímos el relato de su viaje
reconociéndonos en sus maneras
de náufrago.


X

Como para cruzar un río
me desnudo junto a su cuerpo

riesgoso
como un río en la noche.

Jose Manuel Arango
Colombia

jueves, 22 de enero de 2015

VALENCIA


                                                          ELMO VALENCIA 
                                                                COLOMBIA 
                                                                     1933

El arte de amar

Si hacemos el amor
encima de un puente
es posible que el puente se caiga

Si lo hacemos en un arrozal
la humanidad se quedará sin arroz
durante un siglo

Si lo hacemos encima de un huevo
pobre huevo

Y si lo hacemos frente a un cuadro de Picasso
al instante un embarazo

Si lo hacemos en el baño de un avión
ese avión no llegará nunca a su destino

Si lo hacemos en un automóvil último modelo
existe la posibilidad de que el automóvil
haya sido robado

Y si lo hacemos debajo de un árbol
es posible que un pájaro
nos cague

Para no tener ninguno de estos inconvenientes

lo mejor que podemos hacer tú y yo
yo y tú
es hacerlo aquí donde nos encontramos
abrazados y desnudos
hasta que la muerte nos separe.



Los senos de la Mona Lisa

Se abrió la chaqueta Mona Lisa
para mostrarme sus senos desnudos.
Fue París, en el Louvre, febrero del 65.
Nieve en las calles y en los parques.

Venía yo de La Habana de conocer la revolución.
Al verme, frente a ella, solo,
se abrió la chaqueta para que supiera
que sus senos y la revolución cubana
tienen un mismo origen: el derecho a la vida.

Yo ya había acariciado los senos de la revolución,
erectos como dos fusiles.
Ahora sólo faltaba, para sentirme poeta
en toda la plenitud de la palabra
acariciar los pechos de la bella Mona Lisa
que con tanto deseo me ofrecía.

Así que, aquel febrero del 65,
en el Louvre, sin que nadie nos viera,
me acerqué a ellos, y los tuve en mi boca.

Elmo Valencia
Colombia


martes, 20 de enero de 2015

ARBELAEZ


                                             JOSÉ MARIO ARBELAEZ RAMOS
                                                       (Jotamario Arbeláez)
                                                            COLOMBIA
                                                                   1940

Manos 

Me gusta más la izquierda,
la del reloj,
la de la argolla de oro.
La otra mano es más blanca
y más directa. Como que está más cerca de sus actos.
Me he fijado en las líneas de la suerte
y en cada una el trazo es diferente.
Por lo poco que sé de quiromancia
adivino que es frágil, enfermiza,
con un tic de maldad.
En lo que toca
deja huellas de polen. O de polvo
para ser menos líricos.
Para ser más concisos, periodísticos.

Describiré sus manos dedo a dedo
pero en otra ocasión.


Poema de invierno

Llovió toda mi infancia.
Las mujeres altas de la familia
aleteaban entre los alambres
descolgando la ropa. Y achicando
hacia el patio
el agua que oleaba a los cuartos.
Aparábamos las goteras del techo
colocando platones y bacinillas
que vaciábamos al sifón cuando desbordaban.
Andábamos descalzos remangados los pantalones,
los zapatos de todos amparados en la repisa.
Madre volaba con un plástico hacia la sala
para cubrir la enciclopedia.
Atravesaba los tejados la luz de los rayos.
A la sombra del palo de agua
colocaba mi abuela un cabo de vela
y sus rezos no dejaban que se apagara.
Se iba la luz toda la noche.
Tuve la dicha de un impermeable de hule
que me cosió mi padre
para poder ir a la escuela
sin mojar los cuadernos.
Acababa zapatos con sólo ponérmelos.

Un día salió el sol.
Ya mi padre había muerto.

Jotamario Arbeláez.
Colombia

domingo, 11 de enero de 2015

EL INVITADO: FERNANDO CELY HERRÁN. POETA


Fernando Alberto Cely Herrán, Bogotá, 1957.

Escritor, profesor de literatura, ha dirigido talleres de creación literaria, cofundador del grupo poético "Esperanza y arena" y del grupo artístico y literario "Escafandra", forma parte del comité editorial de "Isla Negra" y de la revista "Fata Morgana". Actualmente dirige el taller de creación literaria "Navio de sueños".

Su obra ha sido difundida en revistas, periódicos y antologías tanto en Colombia como en otros países.
Ha sido Escritor invitado en varios encuentros literarios en Ecuador, México, Nicaragua y Venezuela.

Obras publicadas:

Gotas de cristal (1985)
Lejanías (1993)
Cantos del desamor y el desencanto (1995)
Entre el abismo y la trinchera (1998)
Cantos en el ocaso de la primavera (2001)
Cantos ígneos (poemas para reinventar el amor)
Cantos Sin Cuenta (2007) (Colección poética Isla Negra)
Los hilos del tiempo (2014)



                                         POEMAS DE FERNANDO CELY HERRÁN

Preferencias

Hoy por hoy,
he procurado dar rienda suelta
a los cambios semánticos:
Prefiero
ebriedad que enfermedad,
miedo que maldad,
hipocresía que traición
sueño que verdad,
mentira que dolor,
desesperación que muerte,
cosmos que caos
poesía que empirismo.
Eso quiere decir
que existen palabras dignas
de ser omitidas,
por ejemplo, ejemplo,
por ejemplo, amigo,
por ejemplo, siempre,
por ejemplo, amante,
por ejemplo, amor.
Deberíamos perpetuar
palabras indelebles:
por ejemplo, intriga,
por ejemplo, muerte,
por ejemplo, error...

Deberíamos emitir los vocablos
que nos recuerdan
que somos una especie
traicionera y absurda
que no tiene asidero
en el noble diccionario de los dioses

Amo mi propio diccionario
porque nadie me entiende:
Eso me garantiza
equidad con el cosmos,
infinito amor por las estrellas
en cuyo interior se escribe a diario
el código de fuego
que finalmente, hará explotar
mi irreverente corazón.

Lector II

Estas palabras no son mías.
En una madrugada se las robé a la tierra
y elaboré con ellas castillos en la arena;
las sustraje del vuelo magistral de las aves,
del murmullo del viento sublime y ostentoso,
del canto de los mares con sus algas de plata;
las introduje todas en pieles deseadas
haciéndome heredero de noches en capullo;
me las bebí despacio saboreando sus trinos
y albergando en mi cuerpo el dolor de sus gritos.
Hoy continúan fluyendo del fondo de mi alma
después de cincuenta años
de ensueños y caprichos,
son ellas el desvelo de mi patria soñada
y la savia inclemente de mi prestado espíritu.
Estas palabras no son mías,
son de la entraña misma de la tierra;
tómalas y construye con la mente asombrada,
la mirada precisa y el corazón de un niño,
desde el fondo de tu alma,
de nuevo el infinito.

Fernando Cely Herrán
Colombia