domingo, 15 de marzo de 2015

HENRIQUES


                                          PAULO HENRIQUES BRITTO
                                                             BRASIL 
                                                               1951

Elogio del mal 

1

A cierta distancia
todas las formas son buenas.
En cada cosa, un desván;
en cada desván, nada.


A mano derecha, la explicación
perfecta de las cosas. A la izquierda,
la certeza de lo inútil de todo.
Tener dos manos es muy poco.

Por eso, por eso los nombres,
los nombres que embeben el mundo,
y los verbos se hacen carne,
y los adjetivos, bárbaros.

2

El mundo se gasta poco a poco.
La cosa se basta a sí misma,
pero no le basta al que piensa
un mundo repleto de cosas

que se apagan sin pudor,
que se dejan disipar
como quien no quiere nada.
Existir es muy poco.

Por eso, por eso los nombres,
los nombres que se engastan en las cosas
y chupan la sangre de todo
y sobreviven al bagazo

y niegan a todo el derecho
de que sólo dure lo duro
y roban del mundo la paz
de no querer decir nada.

3

Bendita la boca,
esa herida honda y mala.


Para no ser leído

No crea en las palabras,
ni siquiera en éstas,
principalmente es éstas.

No hay peor crimen
que el prometido
y cometido.

No hay habla
que niegue
lo que calla.

Paulo Henriques Britto
Brasil

EL INVITADO: CESAR CANO. POETA


Cesar Cano, 1994, Armenia, Colombia.

Estudiante de Licenciatura en español y literatura de la Universidad de Quindio.
Finalista del IV Concurso Regional de Cuento Humberto Jaramillo Ángel.

Un joven poeta que quema con fuego purificador la poesía.
Un joven que abre sus entrañas.
Una nueva voz entre los poetas.


                              
                                                      POEMAS DE CESAR CANO

Cosas que contarte

Ocurre a veces que la tarde cae
como caigo yo sobre esta mesa

¿Sabes que le dio a un río
pasar por el medio de mi casa?

Tengo tantas cosas que contarte

La última vez saltaron
un montón de palabritas
que se fueron cantando como grillos

                 (la noche cayó inmediatamente
                  y un lobo durmió bajo mi cama)

Me he tomado las mañanas
-porque se me ha acabado el brandy-
para desempeñar labores
de agricultor y jardinero

Decidí plantar recuerdos
y es lo único que ahora hay
bajo la tierra

                   Sembré el botón de tu chaqueta
                   la moneda de aire que empluma las cuentas
                   el poco de luz que incendia la rabia

Y ocurre a veces que tu recuerdo cae
como caigo yo sobre este abismo

Mi mamá me dice
que está cansada de comer pescado
¿qué tal está tu madre?

Hay un violín que calla
por las tardes
para que el sueño acuda
y yo me largue

Ayer vi cómo un poema
se hacía pájaro
y vi cómo el pájaro
se hacía hombre

Una flor de viento
o pluma enraizada
me hizo nido
en la mitad del pecho

Tal vez de eso se traten los poemas
de volvernos locos y creernos hombres

Pero ocurre a veces que la ausencia cae
como caes tú sobre mis ojos.

Indefinición definitoria
(la poesía es un colibrí)

La poesía es un cielo nocturno sin estrellas
que a cambio tiene peces revolcando
sus brillantes cuerpos sin ahogarse
La poesía es un colibrí parado en tu ventana
que te mira quieto desnudarte ante el espejo
La poesía es un perro atado a un charco
Un pescador que tiene una serpiente en el anzuelo
La poesía es la sombra de la luz
dentro de una luz más grande
La poesía es la niebla de los bosques
húmedo escondite del silencio
la poesía es sol de rumba con la luna
La tierra cuando llueve
para que las nubes crezcan
La poesía es Dios de niño
creándonos el mundo
La poesía es el tiempo
echándose una siesta
en el rincón del sueño
La poesía es el silencio
idioma privilegio del pasado
La poesía es eso
para lo que nunca alcanzan
las palabras.

La responsabilidad social de los poetas

Como Dios borracho conduce la Historia
ese carrito de lujo
ese juguetito de fiesta
no hay que dudar ni un segundo
de la responsabilidad social de los poetas

Gente que pone    palabras y baches
para que Él
pierda el control y se mate
o que por lo menos
no vaya tan rápido.

Cesar Cano
Armenia

http://revistatn.com/un-poema-de-cesar-cano/

http://www.laraizinvertida.com/etiqueta/cesar-cano/

http://piedradetoque2009.blogspot.com/2015/01/tres-poemas-para-sobrevivir-en-bogota.html




lunes, 9 de febrero de 2015

LA INVITADA: JOY MORENO COY. POETA


Joy Moreno Coy, La Dorada, Caldas, Colombia.
Docente, ha sido facilitadora en Programas de Inclusión dirigidos a población vulnerable, actualmente se desempeña como Consultora Socio Ambiental.

Su incursión en la poesía se lleva a cabo a través de su vinculación a la Casa de la Cultura de Facatativá siendo integrante del Coro Polifónico.

Participó en el Segundo Encuentro Internacional de Escritores de Facatativá.
En el Encuentro de Mujeres Poetas Colombianas en Rodanillo, Valle del Cauca.
Ha participado en varios encuentros y tertulias literarias dentro y fuera de la ciudad de Bogotá.

Su temática es La Naturaleza, La Madre Tierra, El Dolor, El amor, La Humanidad.
Poemas suyos han sido incluidos en varias ediciones del Boletín Literario Mal de Ojo.


                                                        POEMAS DE JOY MORENO

Lamento

Llora el viento en la alborada,
inundado de estampidas venenosas;
suspira el árbol de la reserva,
cada vez son menos sus hermanos.

Gime la corteza mutilada,
sin piedad su vestidura es rota;
lamenta la roca su dureza,
sufre día en día fracturas nuevas.

Agoniza débil la cascada,
inconscientes disminuyen su caudal;
fenecen extenuados los sonidos del arroyo,
expira al ver sus vientres esparcidos.

Animales en luto permanente,
impotentes al asalto de sus nidos;
desplazados por antrópicas misiones
sus crías arrancadas del hogar nativo.

Huyen asustados roedores y reptiles,
del vil devastador de sus guaridas;
sofoca sus cirios el águila real,
por no ver su paraíso destruido.

Vuela mariposa prevenida,
ya no hay néctar en la flor de su jardín;
muere lentamente la Natura
ante abusos de despojo humano.

Dolencia

Me duele la ciudad encadenada,
los grillos de soledad y de tristeza;
duele la carencia no expresada,
los vacíos vientres transferidos.

Me duele el techo que no abriga,
como el lecho que no da descanso;
duele el traje que no quita el frío,
y el plato que con amargura sacia.

Me duele la ceguera del vidente,
como la sordera del que no quiere oír;
duelen las palabras sepultadas,
los gritos ahogados en la garganta.

Me duele la rigidez de los brazos caídos,
labios y manos que no besan ni acarician;
duelen los pasos tras huellas sin sentido,
las rodillas dobladas ante el carnicero.

Me duele el poema y el canto silenciado,
la risa fingida, sonrisa apagada;
duele el imperioso llanto reprimido,
la ilusión enclavada y el sueño inmolado.

Me duele el conocimiento no compartido,
la ignorancia que anula oportunidades;
duele el poder tergiversado,
la arrogancia que despoja potenciales.

Me duelen los ideales exterminados,
la voluntad sumisa y la acción secuestrada;
duelen los barrotes y los muros de oro,
las alas cortadas y los pies esquilados.

Me duele la iniciativa adormecida,
la creatividad enterrada y la esperanza perdida;
duele la equidad aprisionada,
el derecho, el deleite vulnerados.

Me duelen las profundas heridas no sanadas,
la indiferencia de quien puede o quiere, pero no;
duele el oprimido y el que oprime,
como el miedo de perder, de cambiar y de vivir.

Me duelen las renuentes ataduras invisibles
que se niegan a soltar y liberar las coloridas aves;
duele el desamor, el grave desconsuelo,
eternidad de mi silente grito y tu figura ausente.

Joy Moreno 
Colombia


viernes, 6 de febrero de 2015

St VINCENT


                                                   EDNA St VINCENT MILLAY
                                                          ESTADOS UNIDOS
                                                                 1892-1950

El amor no lo es todo:
no es comida ni bebida
no es sueño
ni un techo sobre tu cabeza
que te proteja de la lluvia;
no es una tabla que flota
para hombres que se hunden
y se alzan, se hunden y se alzan
y se hunden otra vez;
el amor no puede llenar de aire el pulmón herido,
ni limpiar la sangre, ni arreglar el hueso partido;
Aún así muchos hombres se acercan a la muerte.
Ese instante sin amor podría ser difícil,
atrapada en el dolor, suplicando ser liberada
llevada por la necesidad más allá de mi voluntad
vendería tu amor por un poco de paz
o cambiaría el recuerdo de esta noche por comida.
Podría ser.
Pero no creo que lo hiciera.


He olvidado que labios me han besado,
dónde y por qué,
en qué brazos he dormido hasta el amanecer;
pero en el ruido de la lluvia esta noche han llamado,
mi corazón dulcemente ha sufrido
por los tiernos muchachos que yo olvido
y que ya no despiertan a mi lado.

Edna St Vincent Millay
Estados Unidos






lunes, 2 de febrero de 2015

COTE LAMUS


                                                    EDUARDO COTE LAMUS
                                                             COLOMBIA 
                                                               1928-1964

La boca oscura

En cada viento llega una palabra,
igual que cada sueño tiene un nombre;
y el movimiento de la primavera,
con su viaje de vuelta en el otoño,
deja atrás un lenguaje que ella olvida.

Siempre la boca tiene labios nuevos.
Pero siempre es oscura
porque nunca obtiene lo que muda;
el testimonio del tiempo que se va,
no el que se queda.

Un fuego inaugural,
como una estatua que fuese a hablar,
las voces de un metal desconocido de los hombres,
no de la montaña. Y es deber del canto
hermosamente relatar el árbol,
no el que vemos y bajo el cual soñamos,
sino la imagen que se lleva el río.


El designio

                                                             A Ernesto Mejía Sánchez

En las páginas solas de algún libro
alguien (seguramente yo)
ha dejado escrita, para luego destruirla,
una palabra: Muerte.
Con amor la fue escribiendo,
con amor la deja como para olvidarla en esa forma,
pero vuelve después sobre las letras.
Como un adolescente que lee un libro
a escondidas, detrás de la familia,
se descubre culpable hasta los huesos:
la misma mano que dejó los signos
se endurece de pronto en la escritura
y el mundo, entonces, ya, de nada sirve.

Eduardo Cote Lamus
Colombia 


FALKNER


                                                    GERHARD FALKNER
                                                            ALEMANIA 
                                                                  1951

Biblioteca

De ti poseo diez tomos de tu voz
la edición aniversario de tu cuerpo
la llamada edición de Leipzig de 1998
un par de preciosas encuadernaciones
de tu piel
con pulseras de clavos en las angostas articulaciones
además de numerosas miradas llenas de significado
y un drama privado
con una duración ya de cuatro años.
Adicionalmente poseo comentarios,crítica y hermenéutica
para reír a carcajadas. Lágrimas y excesos en masa
finalmente también los pocos poemas
que después de estallar en mi corazón
llovieron sobre nuestro pequeño y precario hogar
como las cenizas de Gomorra
para terminar, al final,
tras años de agonía
en la bolsa de la aspiradora.


Pez

Quien me viese
como arrojo peces
a mi alrededor
con los violentos
y sonoros ademanes
con los que azotan el aire
quien viese
cómo esos peces
proclaman
toda su brusquedad
en su vuelo
cómo sus branquias
parecieran luchar
por monstruos
que asemejan palabras
ése, seguro pensará:
¡ajá! ¡otro de esos
que arrojan peces a su alrededor
porque está solo, es pequeño,
solitario, cruel y demente!

Gerhard Falkner
Alemania 

jueves, 29 de enero de 2015

EL INVITADO: MICHAEL BENITEZ ORTIZ. POETA

Michael Benitez Ortiz, Bogotá, 1991.

Estudiante de Ciencias Sociales en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en la ciudad de Bogotá. Joven poeta y narrador colombiano.
Apasionado por la música heavymetal.
A través de sus escritos puede apreciarse el cosmos nadaísta.

Publicó el libro de poemas Papeles para leer en el retrete (Ediciones con tinta ebria, Bogotá, 2014).
Ganó el Concurso Internacional de Narrativa Palabra sin Frontera (celebrado en Argentina) con un libro de cuentos titulado Bogotrash.



                     Foto tomada del álbum Noche Nadaísta en Bogotá. (Sociedad perdida)
                     Michael Benitez Ortiz y Jota Mario Arbeláez 

                                        POEMAS DE MICHAEL BENITEZ ORTIZ

Indigencia

Dicen
que se la pasa leyendo papeles que recupera de la basura
de los manicomios
y escribiendo con tinta transparente,
que se emborracha de noche
-No por la noche-
y que le gusta bien fría.

También dicen
Que trabaja en un sueño O mejor En una pesadilla
Y que dios, en persona, lo coronó con aureola de ateo.

Eso dicen
De mi amigo
Que escogió
Como costal
La poesía.

Arte poética

Entre
Palabra y palabra
Habita
El silencio
Que escribe
El poema.


Distancia-miento

Te amo así:

                                                           lejos
Sepultada en el olvido.

Porque la poesía
Siempre le quedó grande
A tu corazón tan estrecho

Y créeme
No existe
Otro remedio
Para la muerte.

Michael Benitez Ortiz
Colombia 

domingo, 25 de enero de 2015

ROMERO


                                                      ARMANDO ROMERO
                                                            COLOMBIA 
                                                                 1944

Del aire a la mano

                                                                   Cada vez que lo lanza
                                                                   cae, justo,en el centro del mundo 
                                                                                               Octavio Paz

Se envolvía lentamente de manera que la cuerda
no quedara una sobre otra en cada vuelta.

En la mano el trompo
quedaba contra la curvatura
de los cuatro dedos largos
mientras el pulgar lo sostenía por fuera.
Un extremo de la cuerda anudado al dedo central.

Se miraba.
Los nervios tensos.
Y se lanzaba al aire
en tal forma que cuando iba llegando al suelo
un leve tirón a la cuerda lo hacía retroceder
de nuevo a la mano.

Todos los miraban y había orgullo del bueno
                  en su porte.
con él, en la mano girando.

Nunca lo logré. Tire una y otra vez
pero en vano.

¿Podré escribir este poema?

Hay una solución para cada respuesta.
Es cierto.
Pero nunca pude tirarlo del aire a la mano.
Y es todo.



Alquimia del fuego inútil 

En el horno de piedra
donde el fuego brota
hay silencio.

Las figuras que surgen
tienen el nombre universal
del fuego y de la piedra.

Cambian sus palabras como gritos de colores.

Aman y desaparecen
a primera vista.
Crean y destruyen
al aleteo de los ojos.

Nunca se encuentra dos veces la misma forma.

En el fuego,
en el silencio,
en la piedra,
hay algo que llamea
que no es el fuego
hay algo que canta
que no es el silencio,
hay algo que se endurece
que no es la piedra.

                                                                
                                                                 Mi infancia

Yo también al desaparecer mi infancia estuve presente. Con un grueso hato de oraciones y un látigo sibiloso se cortó esa calle por donde arrastraba las piedras o buscaba escarabajos. No dijo de azules begonias ni de las otras matas en el patio, se fue como trepando por esa escalera que llevaba al abovedado. Se arrepintió de una mirada furtiva a los senos de la niña vecina y aplastó el cigarrillo contra uno de los postes del alumbrado. Mi infancia ya no estaba allí cuando vino el radiopatrulla a buscarla.

Armando Romero
Colombia.

ARIZA


                                                           PATRICIA ARIZA
                                                               COLOMBIA 
                                                                     1948

La vida

El chaleco antibalas no sirve
la pistola nueve milímetros no sirve
el colt caballito 48 no sirve
la miniuzi es chatarra vieja
lo único que sirve es la vida, hermano.

Costura

La libertad es una mujer
que no ha podido liberarse
porque debe coser y planchar sus banderas.


Limpieza

Por si se te ocurre lavarme
no me vayas a quitar el barro
del que estoy hecha.

Patricia Ariza
Colombia

sábado, 24 de enero de 2015

ARANGO


                                                 JOSÉ MANUEL ARANGO
                                                            COLOMBIA 
                                                            1937-2002

Escritura

La noche, como un animal
dejó su vaho en mi ventana

por entre las agujas del frío
miro los árboles

y en el empañado cristal
con el índice, escribo
esta efímera palabra.

Cantiga de amigo

Y tras la incertidumbre de un instante
frente al desconocido
que luego por virtud del gesto recordado
vuelve a ser el amigo que después de la lluvia
llama a la puerta

lo ayudamos a desnudarse
colgamos sus ropas a secar junto al fuego

y oímos el relato de su viaje
reconociéndonos en sus maneras
de náufrago.


X

Como para cruzar un río
me desnudo junto a su cuerpo

riesgoso
como un río en la noche.

Jose Manuel Arango
Colombia

jueves, 22 de enero de 2015

VALENCIA


                                                          ELMO VALENCIA 
                                                                COLOMBIA 
                                                                     1933

El arte de amar

Si hacemos el amor
encima de un puente
es posible que el puente se caiga

Si lo hacemos en un arrozal
la humanidad se quedará sin arroz
durante un siglo

Si lo hacemos encima de un huevo
pobre huevo

Y si lo hacemos frente a un cuadro de Picasso
al instante un embarazo

Si lo hacemos en el baño de un avión
ese avión no llegará nunca a su destino

Si lo hacemos en un automóvil último modelo
existe la posibilidad de que el automóvil
haya sido robado

Y si lo hacemos debajo de un árbol
es posible que un pájaro
nos cague

Para no tener ninguno de estos inconvenientes

lo mejor que podemos hacer tú y yo
yo y tú
es hacerlo aquí donde nos encontramos
abrazados y desnudos
hasta que la muerte nos separe.



Los senos de la Mona Lisa

Se abrió la chaqueta Mona Lisa
para mostrarme sus senos desnudos.
Fue París, en el Louvre, febrero del 65.
Nieve en las calles y en los parques.

Venía yo de La Habana de conocer la revolución.
Al verme, frente a ella, solo,
se abrió la chaqueta para que supiera
que sus senos y la revolución cubana
tienen un mismo origen: el derecho a la vida.

Yo ya había acariciado los senos de la revolución,
erectos como dos fusiles.
Ahora sólo faltaba, para sentirme poeta
en toda la plenitud de la palabra
acariciar los pechos de la bella Mona Lisa
que con tanto deseo me ofrecía.

Así que, aquel febrero del 65,
en el Louvre, sin que nadie nos viera,
me acerqué a ellos, y los tuve en mi boca.

Elmo Valencia
Colombia


martes, 20 de enero de 2015

ARBELAEZ


                                             JOSÉ MARIO ARBELAEZ RAMOS
                                                       (Jotamario Arbeláez)
                                                            COLOMBIA
                                                                   1940

Manos 

Me gusta más la izquierda,
la del reloj,
la de la argolla de oro.
La otra mano es más blanca
y más directa. Como que está más cerca de sus actos.
Me he fijado en las líneas de la suerte
y en cada una el trazo es diferente.
Por lo poco que sé de quiromancia
adivino que es frágil, enfermiza,
con un tic de maldad.
En lo que toca
deja huellas de polen. O de polvo
para ser menos líricos.
Para ser más concisos, periodísticos.

Describiré sus manos dedo a dedo
pero en otra ocasión.


Poema de invierno

Llovió toda mi infancia.
Las mujeres altas de la familia
aleteaban entre los alambres
descolgando la ropa. Y achicando
hacia el patio
el agua que oleaba a los cuartos.
Aparábamos las goteras del techo
colocando platones y bacinillas
que vaciábamos al sifón cuando desbordaban.
Andábamos descalzos remangados los pantalones,
los zapatos de todos amparados en la repisa.
Madre volaba con un plástico hacia la sala
para cubrir la enciclopedia.
Atravesaba los tejados la luz de los rayos.
A la sombra del palo de agua
colocaba mi abuela un cabo de vela
y sus rezos no dejaban que se apagara.
Se iba la luz toda la noche.
Tuve la dicha de un impermeable de hule
que me cosió mi padre
para poder ir a la escuela
sin mojar los cuadernos.
Acababa zapatos con sólo ponérmelos.

Un día salió el sol.
Ya mi padre había muerto.

Jotamario Arbeláez.
Colombia

domingo, 11 de enero de 2015

EL INVITADO: FERNANDO CELY HERRÁN. POETA


Fernando Alberto Cely Herrán, Bogotá, 1957.

Escritor, profesor de literatura, ha dirigido talleres de creación literaria, cofundador del grupo poético "Esperanza y arena" y del grupo artístico y literario "Escafandra", forma parte del comité editorial de "Isla Negra" y de la revista "Fata Morgana". Actualmente dirige el taller de creación literaria "Navio de sueños".

Su obra ha sido difundida en revistas, periódicos y antologías tanto en Colombia como en otros países.
Ha sido Escritor invitado en varios encuentros literarios en Ecuador, México, Nicaragua y Venezuela.

Obras publicadas:

Gotas de cristal (1985)
Lejanías (1993)
Cantos del desamor y el desencanto (1995)
Entre el abismo y la trinchera (1998)
Cantos en el ocaso de la primavera (2001)
Cantos ígneos (poemas para reinventar el amor)
Cantos Sin Cuenta (2007) (Colección poética Isla Negra)
Los hilos del tiempo (2014)



                                         POEMAS DE FERNANDO CELY HERRÁN

Preferencias

Hoy por hoy,
he procurado dar rienda suelta
a los cambios semánticos:
Prefiero
ebriedad que enfermedad,
miedo que maldad,
hipocresía que traición
sueño que verdad,
mentira que dolor,
desesperación que muerte,
cosmos que caos
poesía que empirismo.
Eso quiere decir
que existen palabras dignas
de ser omitidas,
por ejemplo, ejemplo,
por ejemplo, amigo,
por ejemplo, siempre,
por ejemplo, amante,
por ejemplo, amor.
Deberíamos perpetuar
palabras indelebles:
por ejemplo, intriga,
por ejemplo, muerte,
por ejemplo, error...

Deberíamos emitir los vocablos
que nos recuerdan
que somos una especie
traicionera y absurda
que no tiene asidero
en el noble diccionario de los dioses

Amo mi propio diccionario
porque nadie me entiende:
Eso me garantiza
equidad con el cosmos,
infinito amor por las estrellas
en cuyo interior se escribe a diario
el código de fuego
que finalmente, hará explotar
mi irreverente corazón.

Lector II

Estas palabras no son mías.
En una madrugada se las robé a la tierra
y elaboré con ellas castillos en la arena;
las sustraje del vuelo magistral de las aves,
del murmullo del viento sublime y ostentoso,
del canto de los mares con sus algas de plata;
las introduje todas en pieles deseadas
haciéndome heredero de noches en capullo;
me las bebí despacio saboreando sus trinos
y albergando en mi cuerpo el dolor de sus gritos.
Hoy continúan fluyendo del fondo de mi alma
después de cincuenta años
de ensueños y caprichos,
son ellas el desvelo de mi patria soñada
y la savia inclemente de mi prestado espíritu.
Estas palabras no son mías,
son de la entraña misma de la tierra;
tómalas y construye con la mente asombrada,
la mirada precisa y el corazón de un niño,
desde el fondo de tu alma,
de nuevo el infinito.

Fernando Cely Herrán
Colombia