miércoles, 3 de abril de 2013

POEMA DE NELSON JIMENEZ VIVERO



Solo las jaulas tienen alas

Sabe que el paisaje se disipa,
que ya duermen los insomnios,
que apenas se salvan algunos claveles
en la copa donde germinó la palabra,
que hay buitres.

Sabe donde se originan los tropiezos:
en la hoja cubierta de un amparo,
en la válvula rota de un canal desbordado,
en la inefable sequía de un surco.

Sabe cómo los ecos:
proscritos en su parpadeo de porciones,
abisman, hábiles la evocación de otras sílabas,
grito involutivo adentro de la caverna
donde fermentan los descuidos.
Sabe que sin lugar no hay esplendores,
no hay manteles para abolir la esterilidad,
no hay trono que controle los rebaños,
no hay regocijo en la rutina,
no hay matices
ni fe.


Sabe mi dolor y mi locura,
mi afonía resguardada en una almendra seca,
mi rescate, el margen de mi ciénaga,
conoce mi ahogo, mi caudal subterráneo,
mi corazón desterrado,
mi luz.


Y... se queda mirando.

Del libro Mariposas Nocturnas.
Nelson Jiménez Vivero.
Miami, USA.






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