domingo, 20 de octubre de 2013

ROCA


                                                     JUAN MANUEL ROCA
                                                           COLOMBIA
                                                                 1946


Diario de la noche

A la hora en que el sueño se desliza
como un ladrón por senderos de fieltro
los poetas beben aguas rumorosas
mientras hablan de la oscuridad,
de la oscura edad que nos circunda.

A la hora en que el tren tizna la luna
y el ángel del burdel se abandona a su suerte,
la orquesta toca un aire lastimero.
Una yegua del color de los espejos
se hunde en la noche agitando su cola de cometa.
¿Qué invisible jinete la galopa?


Naturaleza muerta 

Voy por la calle con mi maletín de antílope
y mi billetera de becerro.
Calzo zapatos de toro
y llevo un blusón rojo teñido en achote.
Toda mi ropa fue lavada por un secreto río
y jabones de rosa.
En mis papeles rumora un viejo bosque,
por momentos siento que
se despereza la serpiente del cinturón.
Hay vestigios de clorofila en mis dientes.
Escribo con carboncillos de sauce.
Me pregunto qué trozo soy del paisaje.



Sueño

El sol fulge entre la fronda
donde los niños duermen
y cruza bostezando un ángel rojo.
Lejos, los patios de vecindad se llenan
de gentes que remiendan el aire
con la aguja de su parla rumorosa.
Alguien siembra un cortejo de astros.
Entre sagrados juegos
y blancas catacumbas,
Tú y yo: crisálidas de viento.

Testamento de Job

Hace milenios
abandoné las ulceraciones de mi cuerpo,
los días como llagas.
Mi luna salía tras el estercolario
y las montañas del dolor.


La ausencia era el nombre de Dios.

Ahora,
cada herida es el mapa del tesoro
que lego a los que dudan,
a los amortajados por la inopia,
por la falta de fe.

Juan Manuel Roca
Colombia







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