miércoles, 20 de noviembre de 2013

POETAS INVITADOS V. DESDE EL ALMA


Exilio

Cuando ya nadie me nombre
estaré en el filo de la noche
perfilando a la luna que aúlla
de vez en cuando huérfana
de vínculos misteriosos.

Cuando ya nadie me nombre
volveré sobre la cima espesa
de tus ojos claroscuros,
silenciosos,
como antes del olvido
o del recuerdo.

Cuando ya nadie me nombre
es porque me he ido así sin más,
las palabras olvidaron tu nombre
pero te recuerdan los bordes de mis yemas
exhaustas y dormidas.

Amparo Estrada
Argentina


Párpados sin peso cuando te miro,
lo que mide la delgadez del gastado papel
donde aún he de escribir
"amarte me salva de una muerte desinflada".
El hurgar de mis ojos en la bruma del valle,
para que pueda yo creer que serás lo que mi mano despeja
como si con mis dedos practicara soplidos de sol en tu piel.

Desnudarte
usando el rigor, la velocidad del otoño.
Abrirte el beso como hacen los mineros
con la tierra, desde adentro del mundo hasta la superficie,
hasta tu boca
germinada con llovizna y aliento.

Arremolinar en un suspiro
el pequeño infinito de cosas
que pronuncian tu  nombre.
Abrocharte en el cuello el colgante de mi latido,
regar el canal de tus brazos con el agua trémula, salada
y diminuta de mi beso.

Detallar la ecuación que ha de eclosionar
las mariposas de tu pecho,
sin blusa y sin miedo.
Coincidir el vértice de mi voluntad entera,
la concentrada luz del alba
y la exacta posición de tu vientre.

Lluis Fernandez
España


 Soy rara y es domingo. Pero no necesariamente en este orden. Puede ser domingo en primer lugar, y yo
discretamente, una vez situada en el tiempo puedo decir: soy rara.
Soy rara, sin más, ayer también lo era, y el domingo pasado, y hoy he sacado la carne al balcón
porque el verano insiste en quedarse como una enfermedad crónica.
Nadie por aquí a quien exasperar con mi oleaje, mis estúpidas frases lapidarias, mis canciones sin rima...
Y ese molesto ruido que me hace el corazón, como de tambores, que acojona un poco...

En soledad tengo permiso para ser. No asombro a nadie. No causo inquietud. No decepciono.
Nadie empuña contra mi la vara de medir. Nadie entona... eres rara...

Es casi la hora de comer. No tengo apetito. Estoy relajada. Cuando el cielo, más tarde, hacía el crepúsculo se tiña de rosa, me empezará a doler la cabeza, mis migrañas han aprendido con los años a dibujar círculos perfectos sin compás. Se han hecho predecibles. Al dictado de la luna se colocan sobre mi cráneo de una en una las espinas de mi corona...

A mi alrededor la vida guarda silencio...

Hoy no seré reclamada. Alejado devotamente de mi y de mis efectos secundarios, mi contrario soñará con desmontarme para volver a levantar un mecano a la medida de su entendimiento y del hueco que restringe las partes mal iluminadas de mi ser... Soñará.... y al despertar aireará la tierra de las macetas con la mano, escarbando a favor del aire y empuñará un nuevo veneno contra los gusanos. De no ser así ¿de qué podríamos hablar en los trágicos intermedios que interrumpen el hilo de las ficciones? ¿ de lo rara que soy?

El viento mueve con leves empujones el verde de las hojas... Amo el verde que no emite juicios y no subraya  mi rareza como la madre de mis nada destacables atributos.

Hace calor. Huele a detergente y a setas disecadas. Antes de ser abatida por mi mal permitidme una oración:

Yo me rebelo.
Existe, afirmo, lo inexistente. Puede ser creado y atraído.
Reviente así el pecho desahuciando el no.  Si hemos levantado imperios de nube...
Sonrío a mis tomateras, me han dado unos poquitos frutos, pequeños pero deliciosos. Han sobrevivido a la embestida del viento estival, tan hosco y robusto que les resecaba la tierra.
Resisten y aún maduran en ellas los últimos tomates tardíos y esperanzados entre brotes nuevos.

Agradecida adopto la postura de quienes se saben sobre la palma de Dios... de otro modo cómo llegaría al fondo de las horas oscuras con su caricia...

De El diario de humo
Carmen Jurado Torresquesana
España


                                                              DESDE EL ALMA




2 comentarios:

  1. un abrazo enorme, Sergio... y gracias por la buena compañía. Amparo, Lluís... besos

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  2. El gusto es mio querida Carmen, ustedes son personas maravillosas y su poesía simplemente es su reflejo. Un gran abrazo para todos y gracias por acompañarme en este proyecto.

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