miércoles, 20 de noviembre de 2013

LANGAGNE


                                                        EDUARDO LANGAGNE
                                                                   MEXICO
                                                                       1952

Muerte de Rilke

                                        ¿Dónde leí que Rainer María Rilke mrió por la infección
                                          que le produjo pincharse la mano con la espina de una rosa?

La rosa no viene a mi poema,
viene la espina de la rosa.
Pero no llega hasta el papel la espina,
se clava en la palma de la mano
de Rainer María Rilke.
De ahí brota una gota de sangre
y una mínima rosa
se escurre en mi poema.

El oficio del río

Es oficio del río
descifrar el secreto del agua.
A los hombres del mundo,
las mujeres, los niños,
corresponde también
descifrar el oficio del río.

Como un río nacemos,
sorteamos peligros,
nuestro cauce se ensancha.

Otras aguas nos hacen crecer:
manantiales y lluvias,
hilos de agua
nos nutren el cauce imperfecto
que avanza y avanza
extendiendo su curso.

Y aquí vamos
al encuentro de un mar
que es el sueño de todos.


Soy el albatros 

Soy el albatros
no levanto el vuelo.

El día me quema con su pipa de opio.
La mañana se mofa de mi andar tropezado.

Soy el albatros
atrapado en la quilla.

Mi anhelo es silencioso
No puedo alzar el vuelo en la cubierta.

Soy el albatros.
He de abrir las alas.
Alejarme del barco que me impide volar.


Poema escrito en enero

Es un lugar común establecer comparaciones
entre un pájaro y el corazón de ella.
Corazón es agudísima palabra.
Pájaro lleva acento en cada pluma.
Su corazón no tiene alas,
pero es verdad que vuela
y sabe cómo los nidos se construyen.

Digo entonces que ella tiene un corazón,
no que un pájaro habita ese lugar;
digo que hay alas que hacen volar su corazón
y que un pájaro late ahí en su pecho.

Es difícil comparar un pájaro con su corazón:
pero son la misma cosa.

Eduardo Langagne
México



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