lunes, 11 de noviembre de 2013

POEMAS DE JUAN CALERO


Desarraigo

Cada vez que me acerco al sur, los sábados
me saben tan vacíos sin tus pies
desnudos por todo el bosque de mi pecho.
Sin tu pelo de peces entre mis manos
de corales tibios, de mediodías
y pequeñas naturalezas muertas.
Si pudiera apagar el sol
y que todo se vuelva como antes.
Mira, con mis brazos
hasta puedo atrapar la vida.
He sido dueño del océano.
He calmado la sed desde lo profundo de un acantilado
y me detengo en medio de unas ganas locas
porque la vida me estalla como la risa de un niño.
Será bueno detener los recuerdos.
Familias enteras columpiándose.
Calles desiertas sin arrepentirse.
O los cuentos extendidos por la playa.
Los lirios de la abuela.
De un amigo.
De allá.



Domingo

Huyen gritos de niños por la ventana,

en espiral se enroscan en alguna galaxia.
Los sillones descansan su balanceo de anoche
frente al televisor y las hendiduras se amoldan
cubiertas de polvo
tras las costumbres de nuestros predecesores.

El cajón guarda fotos que delatan
el reniego del pasado.
Debajo queda algún zapato por limpiar.
El gato merodea la vergüenza olfateando los rincones.

de tu aliño para el almuerzo nuestro de este día
donde el estómago se hunde en cada bocado que lo atraviesa.
Así, apenas, sin darnos opciones
el gran oasis se desvanece de los sueños
diluido con la lluvia
y se derriten en la alcantarilla.

Mientras el domingo sale por la puerta del patio.





Marilyn

Yo, Thomas Noguchi, médico forense
cotizado por gladiadores del Universo
ante este semidiós de la mitología contemporánea
desnuda sobre una mesa fría común a todos los muertos
declaro:
Norma Jean Baker. Treinta y seis años 
ciento diecisiete libras
con estómago limpio de barbitúricos
y útero tamaño natural sin temores
amado desde los nueve años 
por un padrastro innoble
hasta el presidente más poderoso
por supuesto nombrado y respetable John F. Kennedy
precipitada a la confianza
burlando vértigos y lluvias
ingenua, cosmetómana, narcisista,
torpe frente a la soledad
indisciplinada y maravillosa
perdida en alguna grieta bastarda
ebria de autógrafos y tranquilizantes
con casi kilogramo y medio de cerebro
pulmón derecho pesando cuatrocientos setenta y cinco gamos
y corazón deseado por millones de hombres
tuvo de todo, menos la vida.
Ella que soñó reinar desnuda
entre aplausos en alguna iglesia
hoy soy su publico
y la poseo sin fotógrafos.
Declaro:
Caso forense No 81128
fue asesinada
por sus fieles admiradores.
Apaguen reflectores. Ha muerto la reina.

Juan Calero
Cuba-Islas Canarias


5 comentarios:

  1. Qué sorpresa, Sergio. Agradecido, no me veo entre tantos maravillosos poetas de tu blog.

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  2. Excelente poeta, que sintetiza su palabra con gran belleza y sobriedad y adquiere la vibración espontánea de la vida.
    Un placer tus elecciones poéticas Sergio, gracias por compartir.
    Mónica.

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  3. Hola Juan, no podía dejarte fuera, eres un gran poeta y espero tener el placer de seguir tu trayectoria. Monica, querida poeta, hay tanto talento entre nosotros que es una responsabilidad dejar ver su luz, dejar que esa luz nos toque.
    Gracias compañeros poetas por acompañarme en esta bella cruzada.
    Un gran abrazo para ambos.

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  4. Sorpresa encontrar poema de Juan Calero. Muy merecido lo tiene. Enhorabuena se lo merece y mucho más.

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  5. Gracias, Sergio, Mónica, Elisa... por sus palabras

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