sábado, 22 de febrero de 2014

EL INVITADO: JOHN ALEJANDRO BENITO. POETA


John Alejandro Benito, Bogotá, 1983.
Es Ingeniero en telemática de la Universidad Distrital de Bogotá Francisco José de Caldas.
Sus poemas y otros escritos se han dado a conocer a través de las redes sociales.
Hizo parte de la promoción 2012 de poetas del Taller de Poesía del Gimnasio Moderno de la ciudad de Bogotá.
Actualmente prepara su primer libro de poesía.

http://el-ultimo-argonauta.blogspot.com/
http://informe-de-persistencia.blogspot.com/search/label/bogota

                                          POEMAS DE JOHN ALEJANDRO BENITO

Lo perdido

Hay un ahogo de crujido en todo lo que no nos llevamos
en lo que deja de contenernos para siempre
sin que apenas podamos abarcar
la magnitud de lo perdido,
el espacio que deja de ocupar
y nada más lo llena
por más empeño en el silencio, en los pasos,
en darle amaneceres enteros a otros cielos.

Lo perdido no vuelve, pero sigue allí
en el mismo lugar donde dejamos que partiera
       (aún cuando no hubiera movimiento alguno)
quizá sin saber aún del abandono
con el mismo gesto desprevenido
de otros tiempos
con la misma distancia
con que se mira el infinito.

Ya no importa, dicen,
en la mar colman los peces
pero la mar es un lugar extraño
bajo el extravío
pero alguien más terminará encontrando
nuestro rastro
y al final no seremos más
que la suma de todo
lo que soltamos de las manos.

Agua

Cesó de llover
y las gotas rezagadas apuran un hilo en el tejado.
Yo escucho el diálogo ancestral con la piedra
mientras trasiegan los signos del mundo en la ventana.
Algo parecen decirme sus pausas,
en nada cercanas al tosco huir de las palabras.
Y sin embargo me asalta la leve impresión
de entender el breve mensaje al romperse
las últimas gotas al borde del alba:
su inacabado sonido, aun en el hondo silencio,
su siempre tener a dónde ir,
su eterno retorno a la calma,
su discreto existir en el todo.
Ese misterio que no se revela con pinzas
y tampoco se alcanza en un ruego.

Pescador

Con lentitud arroja el hilo imperceptible
sobre esa otra orilla
-mar de aire en que pisamos el abismo-
y espera,
con paciencia de semilla en invierno
a ese algo flotando en la distancia,
fugaz, esquivo, inaplazable...,
acercándose desde el fondo del silencio,
como si hubiera emergido de allí
solo para que fuera su testigo,
el breve anunciador de su existencia,
el eco de una voz perdida
                     en el torrente de los siglos.

Entonces, basta contener el aliento
y dejar que el puño tense la red,
para escribir
lo que traiga la marea.

De La Misteriosa Poesía
Taller de Poesía del Gimnasio Moderno
Bogotá, 2012


Acta de nacimiento II

Tiene derecho a guardar recuerdos
Todo lo que no diga será usado en su contra
Tiene derecho al beneficio de la duda
si no puede soportarlo,
la vida le proporcionará tardías respuestas
Se le acusa de nacimiento involuntario
Alegar demencia no será una excusa
Y declararse culpable solo hará más difícil su existencia.
Se le condena a trabajos forzados en horario de oficina
A vivir entre paredes
A cruzar todas las puertas con una sonrisa en el rostro
A buscar desde el principio lo que se merece,
así no lo merezca.
A dedicarle la otra mitad de su vida a una sola persona
A procurarse un lugar donde terminar sus días
sin ser un estorbo.


Fe de erratas

En mis ratos libres hago una de las cosas que más me gusta: ser yo mismo.
El resto del tiempo intento alcanzar un título académico, un premio literario, un salario, una primera fila, una canción en los dedos, una mujer a la distancia, un verso en el aire y un happy hour.

John Alejandro Benito
Bogotá

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