domingo, 30 de junio de 2013

POEMAS DE HENRY ALEXANDER GÓMEZ


MEMORIAL DEL ÁRBOL


Nos susurra el viento su nostalgia de nieves
y el copetón tañe su silabario de alas.

Qué silencio es mi corteza,
y mis raíces
tejiendo la sangre de un sueño.

Hay en las rocas una sed de tormenta.

De mis brazos cayó la hoja
con la que un hombre descalzo
cubrió su sombra.
Se ha roto las muñecas golpeando mi silencio.
Mi inconmovible reposo le ha dejado
una herida imposible abierta al crepúsculo.

Ráfagas de orquídeas a la orilla del lago
expanden la soledad del abejorro.

Dos niños olfatean una bolsa de huesos.

Un bramido,
es una piedra que expira en el agua.




CLAUSURA


Sobre
           las sábanas
gastadas
           copula
dos veces
           el silencio.


¿Escuchas
           el sexo
que retorna
           como agua
           entre las manos?

    

HAY SOLES QUE CAEN


Un ángel juguetea en el ramaje del árbol.

Es tan grande el abismo,
y tan silencioso el techo del mundo,
que nos abraza la pesadumbre,
y bebemos aguardiente,
                                             y lloramos,
porque no entendemos
cómo Dios juega con sus dedos de piedra
entre las hojas del álamo.

Henry Alexander Gómez.
Bogotá, Colombia.










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