miércoles, 30 de abril de 2014

POETAS INVITADOS XVI: LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA/LA LUNA EN VERSO/ POETAS COLOMBIANOS


Los ahogados

En los campos ya no florecen los ojos abismados de los niños
ya nadie sigue el trayecto impredecible de las nubes
nadie trata de darle forma a sus fronteras cambiantes
en las volutas de tiempo blanco -detenido- ya no viaja nadie
Todos despertamos de repente
inundados en la estridencia pegajosa del vientre de la moribunda
A todos nos jalaron del letargo
acaso sin saber que tenemos aún más de ave que de humanos
Todos hemos cruzado la calle y nos enlistamos en la fábrica
pasamos los días apretándonos, fracturándonos, incrustándonos  en los huesos de otros
ajustándonos al cíclico paso de los piñones y las poleas
nunca nadie se preguntó para qué servía la gran maquina
quedar quebrados e inútiles es simplemente lo que llamamos "el destino"
al final del día contamos las tuercas que nos han dado
y las vamos chupando, contando sus aristas con la lengua
hasta que se cierran los ojos
luego el gallo de la veleta rota nos despierta con sus chillidos.

Esta mañana nos han sacado a todos
a ver como se arrojan a las llanuras
los jinetes voraces del diluvio
cómo se lanzan contra los edificios, las antenas, los cables, los postes,
sus cuerpos de sal y barro quebrándose destrozándose,
multiplicándose en las calles.

Nos han sacado a todos
a ver como vienen las multitudes del agua
cómo se arrastran, cómo ruedan
en cópula desaforada, desesperada, por las calles
echándonos sus rosas a la cara
sus rosas de ámbar turbio, sus rosas agrias.

Hoy nos han sacado para que los dragones del cielo
con brazos flácidos vengan a llevarnos
con encías bobas a roernos
a encallar sus millares de castillos
en nuestras orillas rotas, maculadas
-su tierra firme-

Nos han sacado a todos
y todos flotamos inertes con los dientes al aire, perlas del hastío.

Xantlí

                                                          "Oh Noche, oh Noche Bruna, oh Lorerey,
                                                                  Lilith, Budur, Xantlí, Noche Morena!"

                                                                                        León de Greiff
                                                                                        Fantasía cuasi sonata

Llega
meticulosa
repite la ceremonia
del umbral tibio
entre el agua que me acuna
y los brazos de luz que me reciben

En su pupila de ciego
mis huesos son deseo
En su cuerpo
la ausencia
es mi sueño

La noche es suave
y aúlla
peina el silencio
Su edad
está grabada en cristales
que el fuego ya no sabe copiar.

Gabriela Arciniegas
Bogotá



365 Olvidos

Sientes que me he ido de estas veinticuatro paredes.
De estas doce ruinas que se desgastan y se ajustan.
De estas catedrales resignadas.
De estas crueles y olvidadas esferas lánguidas.
Sientes que me he ido y estoy más cerca.
Más cerca de la mano que no es mía.
Más cerca del sol que te ilumina y no me brilla.
Más cerca de tu mirada que no me mira.
Más cerca de hoy y de mañana. De ti y de tu prisa.
Sientes que me he ido y estoy abandonada en este piso.
En esta calle cubierta de polvo,
de transeúntes que nada les importa,
que nada se les hace nido.
Estoy aquí y no me has visto.
Estoy aquí y me das una moneda.
Me confundes con el mendigo, con el ladrón y la ramera.
Estoy aquí y no me miras.
Estoy aquí y no me tocas.
Sientes que me he ido de tus trecientas sesenta y cinco noches
y tan solo estoy en una noche
con trecientos sesenta y cinco olvidos.

La noche

Ha venido a mi la noche
como un cadalso extemporáneo,
como una hoguera.
Las palpitaciones de la promesa exigua
han empezado a hacerse más tercas;
como pronunciamiento desatinado
ha llegado a mi la espera.

Seis de la tarde y el sol se ha ido
como si huyera.
Todo se ha tornado de una extraña siesta.
Las flores han caído dormidas en sus pequeñas hojas convexas,
y un relámpago se ha colgado al filo del cristal
que la mengua.

La noche ha callado a los cocuyos en su camela.
Se ha levantado en su brillo y como adoquines,
lado a lado de su diadema ha colgado sus estrellas.

¡Bendita noche esta!
¡Oscura e impenetrable!
noche duna de mis tragedias.
¡En tu sueño me has vencido!
¡veneno dulce sin receta!

María Fernanda Ceballos Calvache
Cali



Origen

Será esta noche
duelo limpio de carne
los hombres vendrán desde el olvido
a remover abismos y difuntos.
Correrán más veloces las aguas
y el cielo arderá como una única estrella
expandida líquida y quieta.
Será más feliz alguien
y algún remordimiento
abrirá a la mañana grietas
por donde escurrirán flamantes soles.
Nosotros nos cansaremos de palabras
y de intentos
volveremos al silencio
y cruzaremos despacio hacia la noche vieja.

20

El perro muestra frenético sus dientes
y corre con su presa entre la boca
llanura adentro;
ha sido largo el suspiro exhalado por el que ahora es un cadáver
banquete que entre mordiscos el hambre y el instinto riñen.
El perro cruza luego la noche,
la tiniebla que para él resulta el mundo humano.
Jadea, lame las magulladuras de sus días,
                        sabe,              entiende
qué son la soledad y el destierro,
pero desconoce la función del tiempo,
su impostergable cometido;
envejecerlo todo, acabarlo todo.
Como el perro
mis labios riñen con la vida y tragan luz,
jamás sacian su hambre,
ya adentro la luz es un rayo
y se extiende por las entrañas del cuerpo
que también cruza la noche
magullado,            solitario
consciente de que será cadáver,
banquete del tiempo;
ese otro perro
que llanura adentro,      noche adentro,       todo lo devora.

Camila Charry Noriega
De El día de hoy.
Bogotá


Mayéutica

I

Busco significados en los azulejos de los alcaloides,
intentando penetrar en el climax de una mente vacía:
A veces la filosofía nos arroja hacia una solida jauría,
ofreciéndonos la sevicia de una totalidad añorada por el hombre...

... y nos arranca la piel de la mínima incógnita
y nos retira del sosiego para santificar la ironía;
A veces la filosofía intenta demacrar una ley de gravedad insólita,
que al final del no final, declaramos con agonía.

II

... Y he chocado el cráneo contra los eclécticos dardos de un espejo jubilado;
amparando el crujir de una ácida estela
y enredando la alergia de un astro muy lejano.

III

A la par de una gacela aprendió a caminar el tiempo,
al revés viro su crimen, que nunca supo perdonar;
A veces la filosofía nos narra estos cortos cuentos
y otras se escabullen con los credos de un viejo sin mar.

IV

Busco significados en la nada, todo el día
y hallo el insomnio, como si fuera un ladrón que huye;
a veces extraño la avaricia de un ego que nunca obtuve
y me veo condenado al patíbulo de esa a la que llaman ... Filosofía.

Contrastes del insomnio excesivo

Evolución del traidor que reniega versatilidades en el avance de sus lenguas,
Sabiduría por saber que no sabemos acerca de un todo;
Vida hermética del enigma, de la vida ignorante e ingenua,
Obertura del sol nocturno y del solsticio sin trasfondo.
He sacrificado el sueño por alargar el ciclo de un placer bizarro,
haciendo que la llamada "felicidad" sea el frenesí de una cinta sueca
sobre psicópatas copulando con mujeres esbeltas
y cuyo orgasmo termine al cierre de una pala doblegada por el barro.
Mi descanso se ha fracturado por la devoción al licor
Y me han robado el yelmo de una batalla granadina;
La injuria dirigió hacia mi nombre su índice inquisidor
Y el insomnio me pervirtió entre ruinas griegas y latinas.
Me han robado proyecciones de un aquelarre lívido y cenizo
Y me han otorgado una naturaleza rendida a la infinidad de las brasas;
Con las noches he visto que nada está escrito
Y que la ciudad es el lapsus  de una victoria que nunca danza...

Se han enganchado las pupilas a la visión de una brecha,
Absteniéndose de concebir la silueta de un arlequín fatídico;
Han llegado los días en que la integridad se traga al hombre cínico
Y en que las palabras son pesadas y se dejan a merced de la mano derecha.

Francisco Joel Cruz
Bogotá



Voy recogiendo las hojas

Camino por las calles
que ya conocen mi sombra,
voy recogiendo las hojas
que no se llevó el otoño.

Me interno en la noche,
a ciegas persigo una luz
que ya se ha ido

con mis manos escarbo las cenizas,
remuevo el fuego,
pero sólo queda el humo que se desvanece.

Camino por las calles
donde se perdió mi sombra,
tu recuerdo y mis ojos tristes.

De noche

De noche todo cambia,
los ojos miran de manera diferente,
los cuerpos adoptan otra forma de moverse
y de tocarse

entre los murmullos nocturnos
puedo escuchar el corazón de los pájaros,
el rumor de las hojas,
el viento
y el lento caminar del silencio.

De noche cobran vida las sombras
que en el día parecen muertas.

La noche tiene su propio tiempo
y su propia luz.

Sergio Antonio Chiappe
Bogotá






1 comentario:

  1. Gracias Sergio, vos siempre compartiendo nuestras palabras y compartiendolas aquí. Gran labor la que realizas. Un abrazo, amigo.

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