Nunca pudo acostumbrarse
a tu ausencia,
hasta el día
en que no regresó
de sus largos silencios con el mar.
***
Dejaste un camino de rosas,
dejaste tu perfume en el viento.
Abrí los brazos,
dejé mi voz en un grito,
invoqué la lluvia
y entonces...
llegaste.
***
Las otras cosas que se están muriendo
llenaron el viento con sus cenizas,
y al dolor le pusieron alma.
¡A qué vienes!
La soledad ya está instalada
¡A qué vuelves!
El corazón ya no aguanta otra muerte.
***
Me gusta ir a lugares oscuros;
la humedad, tu boca;
tu mar, los abismos,
la humedad, tus pies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario