lunes, 14 de octubre de 2013
POEMAS DE HELLMAN PARDO
Oleaje
Para qué callar
tanto silencio arrepentido,
tanto amor a la deriva.
Bajo que movimiento esa pálida muerte
llegará con sus arcabuces
a deshacernos el mundo.
Estas manos que aún esperan
caminar ilesas por algún lejano cuerpo,
quizá ese cuerpo,
dónde irán a reposar de tajo.
Sombra,
río que fluye desvelado,
océano y lágrima,
árbol de hojas blancas sobre un viejo páramo,
ese oleaje es el amor de los hombres.
Para qué callar entonces
tanto amor a la deriva,
tanto río.
La calle
Sin decir nada todo me lo dices.
Dices, por ejemplo:
-Soy de roca y sudo a los hombres
en los días sin sombra y las noches sin pájaros.
Nadie llega a ninguna parte;
vuelcan por mis manos ese monóxido de sangre
que les da la vida o quizá la muerte.
Se aman y se desaman por mis costillas amanecidas,
se rompen y se mutilan.
Si esa es su naturaleza
déjame seguir siendo esta piedra vencida
por el tiempo.
Y digo, con estupor en el rostro:
-No te afanes, estoy de paso.
Camino Interior
Lo he hecho todo;
sembré un árbol donde no recuerdo,
escribí un libro que nadie ha leído
y tengo un hijo que nunca veo.
Lo he llorado todo:
he llorado la muerte, el amor, el destino,
la miseria, el hambre, la distancia
y ya no queda sal en ninguna lágrima.
Acaso al fin lo he escrito todo:
Mil quinientos setenta y nueve poemas con treinta
y un centavos,
tres cuentos, dos ensayos, noventa y tres informes,
una renuncia,
siete cartas, once mensajes en la nevera,
tres mentiras,
cuatro grafittis, setecientas trece firmas
-incluida la de la renuncia-
Un árbol, un hijo, un libro,
un destino, un amor, una muerte,
un hastío, un dolor, una cólera,
he escrito todo mi desamparo.
Hellman Pardo
Bogotá
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