Sólo un poema
Ese niño que me sigue buscando ventanas para tirarse
y yo, escondiéndome tras las puertas
somos los mismos.
Cansados de espadear la vida dentro de un poema eterno
cómo la locura que me toma de los hombros
y sacude mis ganas de soñar que duermo...
Jorge Bianchi
Buenos Aires
La última luna
Una noche de reyes
mi madre me regaló un astronauta
de plástico y metal.
Yo le había pedido la luna.
Ella empezó a dibujarme lunas menguantes
crecientes, llenas, nuevas
en las ventanas y las almohadas
eran lunas mojadas de lágrimas
olían todas a lavanda
algunas se me antojaban
gajos vivos de pomelo
otras, medallones de nata
y todas calladas, lejanas.
Un día, el muñeco me susurró
la luna no existe,
es el sueño de un niño
yo le enseñé todas mis lunas
de lana, las de papel mallé,
las que duermen en los cañaverales.
El niño eres tú - dijo el juguete-
y corrí a abrazarme a mi madre
ya era tarde
había ido a buscarme
la última luna,
la más grande.
Luis María Lettieri
Temperley
Aguas negras
Bajo el agua está oscuro
no hay cielo
en el olvido del mundo.
Mi corazón apenas alumbra
el miedo a estar a solas
dentro de este útero.
Mauricio Escribano
Lomas de Zamora
Poetas de la Ostia
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